Estos días arrancaron las obras en el supernudo de Curro centradas en la construcción de los tres viaductos que tendrás el enlace donde confluirá la futura autovía de Pontevedra a Vilagarcía, la AP-9 y la autovía de O Salnés.
El macronudo es un laberinto de 14 kilómetros de viales, que además de esos tres puentes, también prevé la instalación de cinco pasos inferiores y tres superiores.
El enlace tendrá tres niveles, y en uno de ellos, se prolongará esa autovía que une a Barro con Sanxenxo. En el segundo nivel, una glorieta de 180 metros de diámetro unirá la antigua carretera C-531, que da servicio a los polígonos y la PO-531 en dirección Vilagarcía. En el tercer nivel, se garantiza la PO-531 Curro-Pontevedra hacia la futura autovía AG-47.
De acuerdo con el calendario de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, el macronudo estará finalizado el próximo año. Esta fecha supone un adelanto en la previsión de finalización de dos años. Los trabajos avanzan a buen ritmo, como se puede apreciar desde el desvió que se habilitó en la carretera de Vilagarcía a la altura de Curro. La maquinaria pesada trabaja a diario, y cada vez se percibe más el dibujo del supernudo.
La infraestructura terminará con el cuello de botella actual de la autovía de Sanxenxo, ya que la carretera se reduce a dos carriles justo en el tramo final de la conexión con la Autopista del Atlántico. Con el enlace, se pretende dar carpetazo a los atascos que se producen en la zona.
Habrá múltiples ramales de interconexión.
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