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martes, 26 de agosto de 2014

«Mónica era moi querida na zona. Este crime é un pau moi grande para todos»


BARRO. «Mónica era moi querida por todos e moi coñecida aquí. Era unha muller loitadora e reivindicativa, unha persoa activa. Aínda que era de Marín, xa levaba bastante tempo vivindo na parroquia de Portela e traballaba como auxiliar no autobús dos escolares. Preocupábase moito porque os pequenos tiveran bos servizos e tamén coidaba a varias persoas maiores no concello. Este crime é un pau moi grande». Así describían ayer los vecinos del lugar de Vilaverde, en Barro, a Mónica Lorenzo después de haber conocido la tragedia que se había producido a primera hora de la mañana y que generó una gran conmoción y sorpresa en la zona, pues el cuerpo sin vida de la mujer fue hallado en el domicilio familiar sobre un charco de sangre y con varias heridas en la cabeza provocada por dos disparos de escopeta.
El autor del asesinato fue su cónyuge, Daniel, de 48 años de edad, que después de haber terminado con la vida de su esposa informó a los agentes de la Guardia Civil del crimen que había cometido y anunció que a continuación se iba a suicidar. Para cuando la patrulla de la Benemérita llegó al domicilio, situado en la parroquia de Portela, en las cercanías de la estación de tren y de la AP-9, ambos estaban muertos. El cuerpo del marido de Mónica Lorenzo fue hallado en un galpón anexo a la vivienda del matrimonio. Se había ahorcado.
Una de las vecinas de la zona, cuya casa está situada enfrente del domicilio del matrimonio, indicó que se despertó al escuchar «unos gritos». Al salir por la puerta, se encontró con las autoridades delante de la vivienda de Mónica y Daniel. Aún así, los residentes en las casas más próximas al lugar del crimen, que se produjo en torno a las 8.30 horas, destacaron que no se percataron de los disparos.
Mientras la Guardia Civil de Pontevedra mantiene abierta la investigación para esclarecer los hechos, los vecinos de la zona no son capaces de asumir la tragedia y todavía no se explican lo sucedido. Según comentaron, «eran un matrimonio aparentemente normal, tiñan unha relación cordial». Son varios los que afirman que no tienen constancia de que hubiera problemas en la pareja o indicios de que existiera una situación conflictiva entre ambos, y otros afirman que «estaban en trámites de separación e ela comezara a refacer a súa vida».
Las impresiones sobre el marido de la víctima varían, ya que algunos de los que conocían a la pareja aseguran que no era una persona problemática, pero otros apuntan que era «un pouco conflitivo». Según indicaron fuentes cercanas al matrimonio, Daniel trabajada en el sector de la construcción, pero estaba en paro desde hacía tiempo.
TENSIÓN FAMILIAR. A medida que los vehículos de las autoridades encargadas de determinar lo acontecido comenzaron a llegar al lugar del crimen, en torno a las 11 horas, entre lágrimas, los vecinos de la zona se fueron acercando hasta las inmediaciones de la vivienda, al igual que numerosos familiares directos de ambos cónyuges. Fue entonces cuando se vivieron momentos de tensión y nerviosismo entre los miembros de las familias, ya que estos querían acceder al interior del domicilio y la Policía y la Guardia Civil se lo prohibieron, puesto que el interior se encontraba el médico forense, lo que provocó un pequeño forcejeo entre los allegados y los agentes de las diferentes autoridades.
Posteriormente, también se produjeron algunos incidentes con la prensa, puesto que los familiares se mostraron bastante reacios ante la presencia de fotógrafos y cámaras, que se tuvieron que alejar del lugar.
Los vecinos permanecían en los alrededores de la casa a la espera de conocer algo más sobre la tragedia que dejó conmocionada a la parroquia de Barro. En silencio y sobrecogidos, contemplaron cómo el furgón del funerario abandonaba la casa, después de que el juez ordenara el levantamiento de los cadáveres sobre las 12.30 horas.
Hasta la parroquia, además del alcalde de Barro, José Antonio Landín, también se desplazaron la asistenta social del Concello de Barro y la psicóloga del servicio mancomunado que el Ayuntamiento mantiene con Caldas de Reis para prestar apoyo a las hijas del matrimonio, dos jóvenes de doce y 16 años. Una de las menores es portera en el Barro C.F. de fútbol sala femenino, por lo que el club se unió a las muestras de cariño y condolencias que instituciones y colectivos municipales trasladaron a los familiares.
El delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez, lamentó este suceso e indicó que «parece obvio que se trata de un crimen de violencia machista» y recordó que la investigación se mantiene abierta. Asimismo, Juárez señaló que con la muerte de Mónica Lorenzo, son seis las víctimas por violencia de género en Galicia en lo que va de año, «lo que significa un repunte con respecto a 2013». El delegado del Gobierno en Galicia pidió que las mujeres «no tengan el más mínimo consentimiento sobre ninguna acción de este tipo en las relaciones de pareja».
Los grupos parlamentarios del PP y el BNG también condenaron el crimen, puesto que consideran «inaceptable que en el siglo XXI se mantenga la violencia de género como uno de los problemas encima de la mesa». Por su parte, los socialistas reclamaron «o impulso das políticas contra a violencia machista e que se garantan os recursos económicos para as mulleres que poidan sentirse ameazadas».
Violencia de género
Segunda víctima mortal en la provincia
El asesinato de Mónica Lorenzo eleva a 37 el número de mujeres asesinadas por sus parejas en lo que va de año en el Estado español. En el caso concreto de Galicia, esta vecina de Barro supone la segunda víctima mortal en la provincia y la sexta en la comunidad gallega.
La primera víctima que se registró en 2014 en Pontevedra fue la mujer de 81 años hallada en un pozo de agua en el municipio de Pazos de Borbén hace escasas semanas. La autopsia reveló que la anciana presentaba un fuerte golpe en la cabeza. Cerca del lugar en el que fue encontrada la víctima, apareció el cadáver de su marido después de que este se hubiera ahorcado.
La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, condenó a través de un comunicado el último asesinato por violencia de género e hizo un llamamiento a toda la sociedad para denunciar los casos ante cualquier signo de maltrato. En este sentido, hizo referencia a que del total de víctimas mortales en 2014, solo once habían presentado denuncia.
Mato recordó que «la propia víctima, pero también sus familiares y toda la sociedad, son claves para evitar que la violencia quede impune» y destacó que la cifra de menores huérfanos tras los asesinatos de violencia de género se eleva a 24.
La Delegación del Gobierno en Galicia instó a las mujeres que estén sufriendo malos tratos a hacer uso del teléfono 016, «que es gratuito y garantiza la confidencialidad de la llamada», ya que esta no queda registrada en la factura telefónica.

http://diariodepontevedra.galiciae.com/nova/354678.html

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