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martes, 23 de enero de 2018

La comarca suma 129 aldeas de menos de diez vecinos, una quincena en riesgo de abandono


Siete de cada diez están ubicadas en los concellos de Cerdedo-Cotobade y A Lama -En el municipio de Pontevedra hay también siete núcleos con escaso número de habitantes


Las estadísticas del padrón de habitantes actualizadas por el INE marcan una tendencia clara hacia el abandono del rural en favor de los entornos urbanos. En la ciudad de Pontevedra se demostraba como las parroquias tenían, a 1 de enero de 2017, dos centenares de habitantes menos que el casco urbano.
El análisis es extensible a todo el entorno rural de la comarca de Pontevedra. El nomenclátor del INE no solo demuestra este descenso de población en las áreas rurales, sino también otra característica clave de los asentamientos en Galicia, como es la enorme dispersión.
En los 14 municipios del área de influencia de la capital hay un total de 129 núcleos de población que cuentan con menos de diez habitantes. El número de asentamientos en el rural es casi infinito y muchos de ellos están escasamente poblados. Hay incluso una quincena que corren un serio riesgo de abandono dado que en ellos viven entre uno y dos vecinos.
Según el nomenclátor del INE (sin contar Pontevedra, en donde los datos no parecen fiables), hay otras nueve aldeas en la comarca que ya se quedaron sin ningún vecino.
Son dos los municipios que aglutinan la mayoría de estos núcleos escasamente poblados. Se trata de Cerdedo-Cotobade y A Lama. En el recién fusionado concello hay un total de 49 aldeas con menos de diez habitantes. En el de A Lama son un total de 39. Entre los dos municipios suman casi el 70% de estos núcleos escasamente poblados de la comarca.
Esta no es una problemática que afecte solo a los concellos del interior. En el propio municipio de Pontevedra hay un total de 7 núcleos con menos de 10 habitantes, el más pequeño el de A Bouza, que figura con tan solo un habitante. Hay otros 16 con menos de 20 vecinos en un extenso nomenclátor que demuestra la enorme dispersión de la población, con la consiguiente dificultad añadida a la hora de llevarles los diferentes servicios.
En Vilaboa son cuatro, los núcleos con menos de diez habitantes; en Sanxenxo hay otros cuatro (Revolta, Seixomil, Codesal y Carballal); en Portas son también otros cuatro; en Ponte Caldelas hay tres; en Moraña son 5; en Marín son dos (Setespadas y Portocelo); en Cuntis se contabilizan un total de 5, en Campo Lameiro cuatro y en Caldas tres. Los únicos concellos que no presentan ningún núcleo por debajo de los diez habitantes son Poio y Barro.
En las que no queda nadie
Los datos del INE señalan que en la comarca hay otras nueve aldeas en las que ya no vive nadie. Recoge por ejemplo a Castiñeiras en Marín, o el lugar de Porta Souto en Ponte Caldelas. Sin embargo, vuelven a ser A Lama y Cerdedo Cotobade los que se llevan la palma. En el primero aparecen los núcleos de Reconco, Tatos, Outeiro o Barbeira como ya abandonados.
En Cerdedo y Cotobade están los núcleos de Agualta, Sabugueiro o Arufe.Esta última incluso se ha convertido en cierto reclamo turístico (incluso la Diputación lanzó una campaña) ante el encanto del pueblo abandonado tras el avance de la maleza y la naturaleza sobre las casas. Aunque el INE no los recoge en su estadística, son más las aldeas abandonadas en Cerdedo-Cotobade, como es el caso de A Godela o Vichocuntín, ambas también de gran interés paisajístico y etnográfico.
Del interior a la Costa
Los datos del INE también permiten agrupar la población por parroquias y analizando estos datos y comparándolos con los del año 2007 permite reconocer cuáles fueron algunas de las pocas parroquias que crecieron en población durante la última década. De las cerca de 130 parroquias que hay en los 14 municipios de la comarca apenas una veintena ganaron en población. En muchos casos se corresponden con los principales núcleos urbanos (aparte del de Pontevedra crecen tanto San Xoán como San Salvador de Poio) y la práctica gran mayoría de ellas son zonas costeras frente al interior. Así, por ejemplo, además de las ya citadas en Poio crecieron los vecinos en Combarro (de 1.767 se pasó a 1.833 en diez años) o más tímidamente en Raxó. También en Adina, Arra, Bordóns o Dorrón son parroquias que vieron incrementar su población en Sanxenxo. Al igual que Noalla O Padriñán.Otra de las pocas parroquias que creció en población fue Santa Cristina de Cobres y además lo hizo de forma importante pasando de 1.175 vecinos en 2007 a los 1.291 del pasado año.
Fuera del área costera, tan solo hay otras tres parroquias que aumentaron en cuanto a número de vecinos. Una de ellas es Perdecanai,en Barro, que vio como su población crecía de forma espectacular de los 705 habitantes de 2007 a los 1.053 actuales. Una evolución que se explica en la expansión y crecimiento del entorno urbano de San Antoniño, que está ubicado en esta parroquia. La segunda parroquia que experimenta una evolución positiva está también en este concello. Se trata de Curro en doen cuentan con 763 habitantes, 24 más que hace diez años.
Caldas
Otro trasvase de población importante del rural al entorno urbano se da en Caldas. Mientras que todas las parroquias perdieron población en esta última década, el núcleo urbano de Santo Tomás y Santa María siguió ganando población, pasando de 3.968 en 2007 a los 4.553 de la última actualización del INE

http://www.farodevigo.es/portada-pontevedra/2018/01/21/comarca-suma-129-aldeas-diez/1823605.html

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