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domingo, 28 de octubre de 2018

El ciclista atacado: «Me asomé y le dije: 'Jefe, ¿pero está loco? ¡Que nos puede matar!'»



El camionero da su versión de lo sucedido antes de lo que se ve en el vídeo y asegura que reaccionó a una agresión previa de uno de los ciclistas


Veinticuatro horas después de la grabación en la que se observa la violenta agresión de un camionero a dos ciclistas a las puertas de la fábrica Ence en Pontevedra, este ha difundido a través de las redes sociales su propia versión de lo ocurrido. Tras manifestar que «non me considero enemigo de nadie», este vecino de Barro sostiene que adelantó «correctamente» a los dos deportistas.
De este modo, mantiene que ambos ciclistas «zapatearon as bicicletas diante do camión e hai me ven un como un xíbaro cara a cabina, a puñetazos na porta». El camionero añade que, así como bajó la ventanilla, «colgouse no espello [retrovisor] e largoume un puñetazo para adentro. Si me colle a cara, desfaima».
El camionero asegura que reaccionó a una agresión previa de uno de los ciclistas
El transportista añade que el resto del incidente es tal cual se puede observar en la grabación ampliamente difundida.
Por su parte, los dos ciclistas afectados, Ángel Iglesias y Delfín Santiago, negaron ayer tales extremos. De hecho, el primero reconoció que se subió al estribo para recriminar la forma en la que les había rebasado instantes antes. «Me asomé y le dije: ''Jefe, ¿pero está loco? ¡Que nos puede matar!''».
Asegura que no hubo ningún tipo de diálogo, ya que el conductor se limitó a gritarle «baixa de aí que te mato», al tiempo que cogía algo. «Siempre pensé que sería un palo, pero nunca un martillo», añadió.
De igual modo, su compañero mantiene que «nunca pensé que me fuera a agredir». De hecho, Delfín Santiago creyó que esgrimía el martillo para, simplemente, meterles miedo, «pero cuando me da el primer golpe me doy cuenta de que va en serio».
Tienen claro que el casco de ciclista de alta gama que portaba evitó, en gran medida, que sufriera lesiones de gravedad. «El casco fue vital, el casco está destrozado. Si me paro y me quedo quieto, las consecuencias serían fatales. Si me da dos centímetros más abajo, me da en la sien y me quedo en el sitio».

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