Cantera de aloitadores

Un año más, los aloitadores hicieron gala de fuerza, habilidad y destreza. / Adrián Irago

La Baixa das Bestas de Amil gana año a año protagonistas, muy especialmente entre las gallegas más jóvenes

Hasta 105 personas colaboraron esta semana en la Baixa das Bestas en Amil, Moraña, una tradición que, lejos de estar amenazada, crece año a año, especialmente entre los más jóvenes. “Cada vez somos más, la gente joven se está animando mucho y colabora mucho”, se felicita Lucía Pérez, secretaria de la Asociación Cultural e Cabalar Monte Acibal, organizadora de este curro, “estamos muy contentos con la cantera que estamos creando”.

La Baixa dio comienzo el pasado viernes y, un año más, fue toda una demostración de la habilidad y fuerza de los aloitadores. Es un ceremonial vistoso y ancestral pero, sobre todo “una labor de saneamiento y control de las manadas de caballos que viven libres en el monte, muestra también del interés gallego por preservar el valor de la naturaleza”, como recuerda la organización.

El fin de semana dio comienzo con una cena campestre de la Asociación Monte Acibal. Sus integrantes y colaboradores trabajaron durante la pasada semana para juntar los 170 caballos que se sumaron en esta edición de la Baixa.

Un año más, los aloitadores hicieron gala de fuerza, habilidad y destreza. / Adrián Irago

Se trata de animales que viven salvajes en los montes Campo Lameiro, Barro y Amil, organizados en manadas encabezadas por un garañón. Tras la recogida, se llevan al pastizal y los trabajos continúan con la entrada de los caballos al curro para raparlos y marcarlos.

Más de cien vecinos y colaboradores reunieron en el curro a 107 caballos

Si históricamente eran los jóvenes los apeitadores, cada vez más chicas se animan a participar en la Baixa. De hecho, en estos momentos esta rapa que se celebra en el curro de Amil “es una de las que más aloitadoras tiene”, subraya la organización, alrededor de 14 que ya desde hace unos años entran a medir sus fuerzas con los caballos.

Decenas de espectadores contemplaron el trabajo de los aloitadores en el curro de Amil. / Adrián Irago

“Siempre había alguna que entraba”, recuerda Lucía Pérez, “pero ahora hay un buen grupo de mujeres que entra a luchar como cualquier hombre”. Los aloitadores rapan a los caballos, les cortan las crines y desaparasitan a los animales para que estén en las mejores condiciones de encarar los duros meses de invierno.

Durante este domingo se celebran dos curros, que se sumaron a otro el sábado. Estas citas tradicionales se completaron con verbenas y en general con el encuentro de cientos de vecinos que mantienen viva una tradición de fuerza, respeto y amor por la naturaleza del país.

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/yes/2024/07/13/piscinas-naturales-darte-bano-aguas-cristalinas8/0003_202407SY13P20991.htm