Es menos de la mitad de la PO-542, una de sus alternativas
Tras su apertura en diciembre, el uso entre Figueirido y A Ermida es aún muy escaso
Se constata un tráfico notable de camiones por los polígonos de A Reigosa y O Campiño
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Un coche en cada sentido por los cuatro carriles del tramo de la A-57 entre Vilaboa y Marcón, en la tarde de ayer. / Rafa Vázquez
El primer trámite para poner en marcha una autovía en Pontevedra bajo la denominación de A-57 fue en agosto de 2005, hace casi dos décadas. Se encargaba entonces un estudio informativo para crear un vial alternativo a la AP-9 entre la capital y la A-52. Con el paso de los años, esa autovía pasó a denominarse A-59 y quedó en el cajón, para activar la denominada Circunvalación de Pontevedra.
Con ese nombre se estrenó en el BOE en septiembre de 2007, y en los años siguientes se diseñaron tres tramos: Vilaboa-A Ermida, A Ermida-Pilarteiros y Pilarteiros-Curro, alrededor de 25 kilómetros. En agosto de 2015 se adjudicó el primer tramo, desde Figueirido hasta Marcón por A Fracha, que entró en servicio hace poco menos de dos meses, a finales de diciembre, tras nueve años de obras. Son poco más de seis kilómetros con cuatro carriles que conectan la N-550 con la PO-532 a Ponte Caldelas.
Por el momento, el Ministerio de Transportes no dispone de datos definitivos de uso de este primer tramo, ya que serían necesarios varios meses para analizar su evolución, pero sí cuanto ya con algunas mediciones diarias que revelan que su uso en estos dos primeros meses es aún muy escaso: menos de 2.400 vehículos al día. La PO-542 entre O Pino y Bora y que es su alternativa convencional, supera con creces los 5.400 coches diarios y la carretera de Ponte Caldelas también ronda esas cifras. Por la A-57 pasan menos de la mitad. Este aforo, recogido la pasada semana, corresponde a un día laborable, ya que se ha constatado que los fines de semana, la utilización es aún menor.
En ello probablemente influya que el 10% de todo el tráfico es de vehículos pesados, alrededor de 500 camiones diarios, ya que este tramo acerca él acceso a los polígonos de O Campiño y A Reigosa sin necesidad de atravesar los nudos de O Pino y O Marco. En cambio, para el tráfico particular, la utilidad de este tramo por A Fracha es muy escasa, toda vez que ni siquiera en el macronudo realizado en Figueirido entre la N-550 y la N-554 permite acceder a la autopista en dirección a Vigo. Es una conexión unidireccional solo factible hacia Pontevedra.
Los 2.400 vehículos de estos cinco kilómetros de autovía están muy lejos de otros viales similares, como los 20.000 de la autovía do Salnés, o los 17.000 de la de O Morrazo. La variante de Marín, con solo dos carriles, ronda los 7.000 coches cada día.
La apertura del primer tramo de la autovía A-57-circunvalación de Pontevedra ha reactivado los temores de la Plataforma de Afectados por este proyecto en Bora y Xeve. El colectivo vecinal pide al Ministerio de Transportes que «aclare sus intenciones con respecto a la autovía, tras afirmar el delegado del Gobierno, en la inauguración del primer tramo, que el proyecto continuará hacia el norte», si bien aseguró que hay «varias opciones sobre la mesa», entre ellas, eliminar el peaje de la AP-9 entre Pontevedra y Barro para habilitar ese tramo como posible alternativa.
En la inauguración de los primeros seis kilómetros de esta autovía, el delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, aseguró que «a buen seguro» la A-57 continuará hacia el norte, pero se da por seguro que habrá cambios de trazado. Además, el PSOE local aboga por dejar en el aire esa prolongación y apostar por la continuidad de la autovía hacia el sur, para llegar a Ponteareas y de ahí a la A-52 a la Meseta
https://www.farodevigo.es/pontevedra/2025/02/14/primer-tramo-57-apenas-recibe-114279698.html.
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