El agua y el barro deslucen la rapa das bestas del curro de A Escusa

Pocos caballos en una edición en la que no se celebró el concurso de monta americana por las dificultades de las aseguradoras

Con menos caballos y contra los elementos, los ganaderos celebraron la rapa das bestas del Castrove con la intención de no dejar morir la tradición. Las lluvias y el barro, limitó mucho el trabajo de los aloitadores, que no pudieron recortar las crines que tenían previstas ante las dificultades que presentaba el estado del curro de A Escusa.
Las durísimas condiciones que imponían las compañías aseguradoras propiciaron que en esta edición no se celebrase el concurso de monta americana, por la que la mayor parte de la actividad festiva se centró en la rapa de ayer, en el día grande de la fiesta.
Los primeros aloitadores empezaron a bajar del monte con las reses, donde fueron reunidas antes de la misa campestres en el recinto festivo. No fue hasta las 16 horas cuando inició la rapa propiamente dicha. Además del marcaje de los caballos, también se hizo la venta de los potros en un ambiente festivo que solo fue truncado por el mal tiempo.
Desde la organización apuntaban que hay menos caballos en el monte Castrove. Los problemas que hubo con varias comunidades de montes, contrarias al pastoreo libre por los daños que ocasionalmente provocaban los equinos en las fincas agrícolas, y el endurecimiento de las condiciones administrativas para la cría de los animales motiva que muchos ganaderos se deshiciesen de ellos. A pesar de ello, la asociación de ganaderos del Castrove llegó a un acuerdo con los comuneros de Campañó, que les permite disponer de un amplio espacio libre en el monte para la alimentación de los caballos, a cambio, los equinos mantienen más limpios los montes con el consiguiente beneficio a la hora de reducir el riesgo de grandes incendios.

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