El primer tramo de la A-57, a punto de acabar tras más de cinco años de retraso, la reforma del nudo de Bombeiros, en marcha, el 'bypass' de Mollavao, que está a punto de licitarse, y la variante de Alba aspiran a mejorar la movilidad en la ciudad
Tres nuevas carreteras ampliarán la red de infraestructuras de Pontevedra, que lleva desde el año 2005 esperando por proyectos que aún no están ejecutados. El de mayor envergadura tiene que ver con la circunvalación. Su primer tramo, la de la autovía A-57 entre A Ermida (Marcón) y Vilaboa, encara su recta final tras más de cinco años de retrasos.
Pontevedra es la única ciudad de Galicia sin un vial que la circunvale y que la descargue de tráficos urbanos. De los tres tramos que componen la A-57, el Gobierno central solo completará uno a corto plazo. Los otros dos, el de Pilarteiros y A Ermida y el que enlazaría con Curro (en Barro), están en tramitación o en el cajón, sin fondos.
La modificación del proyecto y distintos imprevistos han provocado un sobrecoste de la obra, adjudicada en su día a la constructora San José. Los trabajos para construir 6,5 kilómetros de autovía superarán finalmente los 65,3 millones de euros, 5,8 millones más de lo previsto.
La reforma del nudo de Bombeiros se ha iniciado un año después de haberse cerrado la adjudicación. Comsa ejecuta el proyecto que remodelará el acceso a la autopista y mejorará la movilidad en el Norte de la ciudad.
El nuevo vial de Mollavao, a punto
El Concello tiene en parrilla de salida un nuevo vial, en Mollavao. Medirá 97 metros de longitud y unirá Rosalía de Castro con la avenida de Marín. El objetivo es evitar tráficos innecesarios hacia el centro de la ciudad.
El proyecto está a punto de ser licitado por algo más de 1,2 millones de euros, un presupuesto mayor al previsto. El retraso en la tramitación, que empezó a tramitarse en 2018 y que estuvo bloqueada por Costas hasta este año, ha obligado a actualizar los precios de la obra. Su coste inicial se situaba en 938.824,63 euros.
La variante de Alba para enlazar Campañó y Lérez
El tercer vial que incorporará Pontevedra a su red es la variante de Alba, que la Xunta ha decidido sacar del cajón tras años de reclamaciones del Concello. Sus 800 metros unirán las parroquias de Campañó y Lérez, enlazando las carreteras de Vilagarcía (PO-531) y de Santiago (N-550).
En paralelo a estas actuaciones, la capital de las Rías Baixas también aspira a mejorar su movilidad y, sobre todo, la seguridad de la carretera vieja de Marín. La Consellería de Infraestruturas está a punto de iniciar las obras de reforma del último tramo de la denominada PO-542 entre Mollavao y Os Praceres. Los otros dos tramos, ambos en Estribela, están acabados o a punto de rematar.
En total se mejorará más de cuatro kilómetros de un vial que estaba en muy malas condiciones, que el Concello prevé incorporar a su red viaria municipal.
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