A nivel comarca una de las referencias en el sector de las renovables es, sin duda, Energía, Innovación y Desarrollo Fotovoltaico (EiDF), una empresa con sede en el polígono de Barro que pone en evidencia el estirón que han pegado las energías sostenibles y, particularmente, la tecnología solar.
La sociedad fue fundada por Fernando Romero en 2008, en plena crisis económica y, aunque los inicios no fueron nada fáciles, hoy puede presumir de ser la primera empresa dedicada al autoconsumo que cotiza en bolsa y una de las sociedades más valoradas en el BME (Bolsas y Mercados Españoles). Solo en lo que va de año su crecimiento ha sido del 283% y su valor de capitalización se aproxima a los 1.000 millones de euros, convirtiéndose, así, en la tercera cotizada gallega con más capitalización después de Inditex y Pharma Mar.
Las cifras son de vértigo, pero según avanza Romero, consejero delegado de la firma, lo que se vislumbra es solo la punta del iceberg. "Estamos en un momento inicial de las renovables. La previsión es seguir creciendo", cuenta a este periódico.
La llegada de los fondos Next Generation para financiar este tipo de instalaciones y la crisis energética desatada por la invasión rusa a Ucrania "ha aumentado el interés" por la energía solar. Y según el empresario, los pronósticos a futuro hacen presagiar que, ni mucho menos, el interés decaerá. "Lo que se prevé es que los precios de la energía que estamos viendo se mantengan en este nivel uno o dos años, por lo que todo apunta a que el mercado de las renovables no irá a menos, sino todo lo contrario", indica el CEO.
MEJORAS. El propio plan de negocio de la empresa prevé llegar en 2025 a los 500 millones, 200 más de lo inicialmente previsto. Pero, ¿qué ocurre con el sistema estatal? ¿Está listo para encarar la demanda? Romero opina que no, "que el sistema no está preparado para todo lo que vendrá". Por eso, reclama mejoras urgentes, entre las que prioriza "cambios en la infraestructura de conexión" entre los puntos de generación de energía solar y la red de suministro. En su opinión, el actual "modus operandi" "tiene un funcionamiento muy opaco y subjetivo", por lo que cree que "deberíamos administrarlo de otra manera".
Además, aunque aplaude el tope que ha puesto el Gobierno central al precio del gas, considera que hace falta mejorar y aumentar la información al ciudadano sobre las renovables, así como modificar la normativa para que la energía verde "sea más accesible para productores y ciudadanos".
Actualmente EiDF tiene tres líneas principales de negocio: la instalación de sistemas solares en pymes y grandes compañías, la generación fotovoltaica en huertos solares y la comercialización de esa energía. En un "estado normal" la parte de autonconsumo tendría que representar un 70% del negocio, pero ahora mismo las divisiones de producción y comercialización de energía "representan más debido a los precios del mercado".
IMPORTACIÓN. El último balance arroja que la compañía consiguió formalizar contratos con empresas por valor de 89.6 megavatios, repartidos en 505 obras distintas. De estas, el 25% están situadas en Galicia y el 75% en el resto del territorio nacional, donde cuenta con once delegaciones y donde está creando "unidades productivas independientes".
Al igual que sus homólogas, la empresa se topa a veces con dificultades para encontrar personal, aunque según Romero no es el principal hándicap de la empresa, que hoy genera unos 200 trabajadores directos y 300 indirectos. Según precisa, la logística tensa más la cuerda y, concretamente, la importación de placas solares, unas 500.000 al año, que EiDF compra íntegramente en China.
Desde la irrupción de la crisis de suministros, el transporte resulta cada vez más complicado y más caro, entre otras cosas "porque los precios están muy manipulados".
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