En el lugar de Parada, en Barro, hay bastantes viviendas que se nutren de agua a través de traídas vecinales o incluso individuales. Este último es el caso de María Rita Romay, una de las muchas afectadas en este entorno rural pontevedrés, donde si uno no tiene un pozo, este septiembre no tiene garantizado el agua. «Levamos un mes sen auga», explica. Esta mujer atribuye su problema concreto a las obras del AVE, que le dejaron sin acceso al manantial del que se abastecía antes. Con la sequía, conseguir agua se ha vuelto más complicado y en su vivienda, donde viven siete personas, vuelven a tener que actuar como en tiempos pretéritos. «Subimos a auga tres días e tres noites á semana dunha fonte pública na que temos dereito de aproveitar o sobrante». Una vez recogido el agua, llenan el depósito y así van tirando. Esta solución no le vale para la huerta. En la finca, los tomates se han secado, el maíz no logra desarrollarse y hasta las uvas de la viña son pequeñas, como ella misma señala. «Todo está seco», concluye. No es la única en sufrir esta carestía. Otra vecina de Barro, María Jesús, explicó que ella también se quedó sin agua, por una avería en la traída vecinal que dejó sin servicio a bastantes casas hace semanas. Ella no tiene pozo en su casa, así que tiene que cocinar con agua del supermercado, y lavar la ropa o ducharse en casa de sus padres. En Valiñas, Roberto, indica que toda la parroquia tiene cortes nocturnos dos o tres días de la semana. Es la única forma de dar tiempo a la traída vecinal a recuperar algo de caudal.
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/2017/09/10/span-langgllevamos-mes-sen-auga-span/0003_201709P10C2995.htm
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