Cinco años después de que Europa creara la Estrategia 2020, la pobreza sigue siendo problema para en esta comarca . El índice AROPE desarrollado por la UE en su objetivo de medir y mejorar la situación económica de sus ciudadanos pone a Pontevedra y su área como la primera de las siete grandes urbes gallegas en lo que a pobreza y exclusión social se refiere. Ninguna otra de las ciudades, con sus zonas de influencia, presentan un porcentaje tan alto de población en esta tesitura. Pontevedra está más de diez puntos por encima de Santiago.
Las cifras corresponden a los últimos datos disponibles del Instituto Galego de Estatística, correspondientes a 2015, y apenas se ven afectadas por la mejora de los datos macroeconómicos; pues "parecía que con la crisis habíamos conseguido poner de moda el tema de la pobreza. Ya no lo está y, en realidad, la gran mayoría de personas que se han empobrecido por esta crisis siguen en esa situación", explica Xosé Cuns, presidente de EAPN en Galicia.
EAPN son las siglas en inglés de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y Exclusión Social, una organización que celebra el próximo 28 de septiembre su congreso estatal, al que acudirá una delegación gallega, reunida ayer en Pontevedra. Ellos se encargan de poner sobre la mesa un problema que, lejos de haberse diluido, sigue plenamente vigente.
El área de Pontevedra cuenta con un tasa de riesgo de pobreza o exclusión social del 26,38%. Le siguen en este infausto podio Vigoy su comarca, con un 25,42% y Ferrol con un 22,27%. Lejos quedan otros núcleos urbanos importantes en la comunidad como A Coruña (17,99%), Santiago (16,16%) o la zona de Lugo central, que incluye la capital provincial (15,70%).
Si hablamos únicamente del término municipal, excluyendo los otros concellos de la comarca, Pontevedra sigue estando en los puestos de cabeza. Es el segundo ayuntamiento con más riesgo de pobreza, a casi una décima del primero, Vigo, 18,76% frente a 19,24%.
"Una de las cosas que más se ha comentado en el encuentro previo al congreso estatal con personas que sufren estas situaciones, celebrado ayer en Pontevedra, es la necesidad de desmentir la teología del empleo", es decir, pensar que con tener un empleo ya está todo conseguido. "Hoy no es así. Los trabajos son cada vez más precarios, no ofrecen ni un mínimo para mantener la dignidad. Con lo cual, la mayoría de personas que estaban en pobreza hace tres años, lo siguen estando", remarca Cuns.
Esta es solo una de las mentiras y prejuicios que, como acción reivindicativa, cuelgan en su "Muro de las mentiras" quienes se encuentran por debajo de los índices de pobreza. Ayer las abordaron de nuevo en su encuentro; en la corchera que simboliza las barreras a que se enfrentan, siguen colgando desde hace meses sus notas: "Las personas sin hogar son alcohólicas"; "Los parados de larga duración no tienen estudios". Es su particular pared para denunciar, como si emplearan grafitis, falsedades.
En 2004, los mayores de 65 años representaban la fracción de población española con más pobres. Hoy, con los nuevos índices y los años de crisis, los registros del Instituto Nacional de Estadística muestran que son los jóvenes de entre 16 y 29 años los que tienen a más personas en situación de pobreza o exclusión en su entorno, seguidos de los ciudadanos que tienen entre 45 y 64 años.
Ser refugiado aquí
El III Congreso Estatal de Participación que se celebrará en Bilbao reunirá a afectados de todo el país. Una será Dunia Belhoucine, una mujer nacida en Argelia que huyó de su país por una "situación personal" de la que prefiere no dar más detalles. Su gravedad, no obstante, justifica que se le otorgara el estatuto legal de refugiada. Desembarcó en Alicante y pasó semanas viviendo en la calle, hasta entrar en contacto con Accem, la ONG que hoy le proporciona vivienda y que hace unos meses le dijo que iría a vivir al norte: Galicia.
"Si venimos a Europa y no tenemos ningún derecho, ni libertad ni salud ¿Cómo podemos vivir?", dice Dunia. Ahora sabe de derechos porque ha dedicado estos meses a estudiarlos, en su país no los tenía y aquí ha de pelearlos. Como refugiada, Dunia dispone de la ayuda suficiente para sobrevivir y aprender español. Así será durante los dos años que contempla la ley. Muchos otros, aguardan su turno.
EAPN le da voz a los excluidos porque "no queremos hablar por ellos. No hay mayor experto en pobreza y servicios sociales que las personas que están" en esa situación", indica su presidente en Galicia. Ellos son quienes chocan contra los prejuicios y lo que llaman "violencia administrativa", trámites que les alejan de la efectividad de sus derechos. Es una cuestión de dignidad, lamentan.
http://www.farodevigo.es/portada-pontevedra/2017/09/22/pontevedra-area-lideran-indice-pobreza/1754221.html
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