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domingo, 13 de febrero de 2022

La bebida sagrada de los mayas se elabora en Barro

 

CAPOTILLO

Prácticamente coincidiendo con el estallido de la pandemia del coronavirus, Irene Outeda convirtió en negocio, bajo el nombre de Hidromiel Fenrir Galicia, la bebida que conoció de niña en libros y películas

10 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Fenrir no solo es el lobo de la mitología nórdica que anuncia el comienzo del Ragnarok, una suerte de apocalipsis, sino que también es la marca del hidromiel que se elabora en Barro. Al frente del proyecto, Irene Outeda (Vigo, 1997) «con el apoyo familiar» y quien reconoce que «desde pequeña era bastante friki y me gustaba mucho leer mitología, historias y mitos sobre otras culturas, y siempre estaba presente el hidromiel, como también lo está en películas, series y libros».

Aquella primera curiosidad infantil fue a más cuando tuvo la oportunidad de probarlo por primera vez: «Lo encontré de casualidad en un puesto polaco en una feria medieval en Pontevedra. Ni me acuerdo de qué feria era porque debía de tener 10 años y, con permiso de mis padres, me dieron a probar un poquito. Me sorprendió: ‘‘¡Ostras, sabe bien!’’», subraya.

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Con el paso de los años, Irene Outeda decidió intentar elaborar hidromiel por su cuenta. «Tenía 15 o 16 años cuando empecé a hacer algún experimento en casa porque no había donde comprarla y la compra on line estaba muy complicada. Tengo la anécdota de que todo lo que producía, al final, se lo bebían mis amigos y mi familia, no quedaba nada para mí», apunta entre risas.

Consciente de que esto se le daba bastante bien y dado que no encontraba trabajo en su ámbito después de terminar los estudios —es técnica superior en eficiencia energética y energía solar térmica—, Irene Outeda, que en la actualidad reside en Bueu, decidió emprender por su cuenta. «Si no me arriesgo ahora, cuando lo voy a hacer», se dijo, al tiempo que destaca que las bases de biología que le transmitió su madre le permitieron perfeccionar la parque química de la elaboración.

Y llegó el coronavirus, su apuesta empresarial se ralentizó, pero estaba decidida a seguir adelante. «Como inicié el proyecto en pandemia y teníamos la broma de que empezaba el fin del mundo, decidí que el nombre fuera un recuerdo de los duros inicios», apostilla, mientras evoca que el diseño del logo también es una creación propia. Así, fusionó la cara de Fenrir «con un casco popularmente, entre comillas, vikingo». Y es que, como recuerda Irene Outeda, pese a la arraigada creencia, estos cascos «no tenían cuernos, pero en algún sitio tiene que meter las orejas el lobo». En cuanto a los colores, estos no fueron casuales: «Elegí obviamente los de las abejas y el hexágono de los panales».

Y es en este punto donde surge la pregunta: ¿Qué es exactamente el hidromiel? «Es la pregunta del millón», responde entre risas, al tiempo que deja claro que no se trata, como muchos piensan, de un destilado, un licor de miel o un aguardiente, pero tampoco una cerveza de los vikingos. «Es una bebida fermentada, como los vinos, por ejemplo, a base de agua, miel y levadura», indica señalando que hay quien opta, también, por añadirle frutas o especias, y quien la prefiere seca o dulce, gasificada, natural... «Es la bebida más versátil que puedes encontrar», sostiene, al tiempo que remarca que «estamos ante la considerada como la primera bebida alcohólica de la historia».

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Asume que es habitual asociar el hidromiel con los vikingos y los celtas, pero lo cierto es que era sagrado para los mayas y también lo consumían los egipcios, era la bebida preferida de Julio César y los filósofos griegos la bebían «porque decían que daba el don de la palabra. En China se encontraron restos que datan del 8000 antes de Cristo y el registro escrito más antiguo es de un libro de vedismo, religión anterior al hinduismo, que data del 1.700 antes de Cristo».

Y a todo esto se suma que se la considera la bebida de los enamorados. De ahí la expresión luna de miel. «En muchas culturas era típico brindar en la boda con hidromiel y luego los novios era lo único que bebían los primeros días porque se consideraba afrodisíaco con la esperanza de aumentar su fertilidad», apunta.

Textura y maridaje

Irene revela que, pese a lo que se pudiera imaginar al estar elaborado a base de miel, no es algo empalagoso, ni muy dulce. En el caso del Hidromiel Fenrir, esta se realiza «artesanalmente a mano como se hacia antiguamente. Intentamos reproducir el sabor original de esta zona lo más fielmente posible, pero siempre con una calidad digna de un producto gourmet. Es semidulce y conserva los sabores de la miel sin llegar a empalagar y no esta gasificado».

Es por ello que no duda en recomendarlo como acompañante de pescados y carnes, si bien reconoce que lo más común es que se maride con carnes fuertes, caso de las de caza, o mariscos, aunque también casa muy bien con aperitivos salados, como el queso o sardinas.

Uno de los problemas con los que tuvo que lidiar fue que no existe ninguna normativa que regule el hidromiel, por lo que para el registro sanitario y tener todo en orden tuvo que apoyarse en normativas de otras bebidas, como los vinos o la cerveza. Localizar un espacio que cumpliera los requisitos sanitarios fue también complicado por las diferencias en las ordenanzas municipales. Es por ello que Irene Outeda solo tiene palabras de agradecimiento a la Diputación de Pontevedra, ya que «el Viveiro de Empresas de Barro me ofreció una solución de hasta tres años».

 

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/2022/02/10/bebida-sagrada-mayas-barro/0003_202202P10C8991.htm

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