El caso que sienta en el banquillo a nueve acusados se inició por una confidencia sobre una nueva banda
Tan encima llegó a estar la policía en un caso que ahora juzga la Audiencia de Ourense, con nueve acusados, que uno de los contactos que en la costa pontevedresa tuvieron dos de los acusados fue observado por un agente, según este declaró ayer por videoconferencia, «a un metro». Y ello a pesar de que, según reconocieron los agentes de la Udyco (Unidad de Drogas y Crimen Organizado) de Pontevedra, hacer vigilancias y seguimientos en núcleos de Arousa como Vilagarcía o Vilaxoán, es especialmente complicado. El episodio se había producido, según ese testimonio, en las inmediaciones de un restaurante del municipio pontevedrés de Barro, donde el agente observó la entrega de los «veintitrés pollos» de una comunicación telefónica anterior.El trabajo de la policía en Pontevedra condujo a la identificación de varias personas, la localización de diferentes cantidades de droga, la detención de varias personas y el desmantelamiento de un supuesto centro de preparación de estupefacientes, en una vivienda de la calle Pura e Dora Vázquez, desde donde salía para su venta al detalle en Ourense.
Los seguimientos y actuaciones se fueron encadenando entre los años 2014 y 2015, casando comunicaciones y alias de personas que se comunicaban por teléfono, buena parte de ellos con terminales Blackberry. De uno de los sospechosos tuvieron confirmación cuando envió una foto propia desde el hospital, para justificar la falta a una cita.
El caso se inició, según declararon ayer los participantes en la operación, a partir de una confidencia que apuntaba a que en Ourense había una persona que trataba de abrirse camino con contactos en la costa para importar droga. Con teléfonos pinchados y vigilancia acabaron llegando a todos ellos. El trabajo desarrollado en Ourense se limitó a apoyar los registros domiciliarios y retirar la droga oculta en el interior de un coche interceptado en Caldas de Reis y trasladado a Ourense.
En la fase de valoración de la droga intervenida, distintas cantidades y en momentos diferentes, con medio kilo de cocaína como la mayor, el inspector que declaró como perito aclaró a un abogado que los toxicómanos pueden llegar a comprar droga que no sea tal. El que compra no lleva un dispositivo de análisis, dijo, como respuesta a un letrado sorprendido por el hecho de que valorara alguna droga con solo un 0,5 % de pureza. ¿Tiene mercado algo con pureza tan baja?, inquirió el letrado. «Y hasta sin pureza», precisó el policía.
La vista de este asunto, que finalizará hoy con los informes de la fiscalía y los abogados, hizo que coincidieran ayer en la Audiencia Provincial policías de Ourense abiertamente distanciados a raíz de los conflictos que afectan a la comisaría. La distancia entre ellos es evidente. Los integrantes del grupo de drogas desmantelado por Asuntos Internos en el 2015 había intervenido en los registros domiciliarios realizados en tres pisos -Valle Inclán, Greco, Pura e Dora Vázquez- y en un taller de coches, propiedad de uno de los acusados. Estaban juntos. El antecesor en la jefatura del grupo, uno de los gemelos a quienes la jueza vincula con irregularidades ajenas al tráfico de drogas, aguantó la espera a varios metros, distanciado, sin campo visual directo. Coincidieron los dos antiguos jefes del grupo cuando uno abandonaba la sala y el otro entraba. De ahí no pasó el contacto entre los dos inspectores.
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/ourense/ourense/2018/10/05/policia-declara-haber-visto-entrega-efectiva-droga-solo-metro-distancia/0003_201810O5C4993.htm
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