Menos movimiento de personas por las calles y, por lo tanto, menos ventas. Esa es la realidad que vive el comercio local pontevedrés desde que la grave situación sanitaria provocada por la Covid-19 obligó a decretar el cierre perimetral de la capital del Lérez y de los concellos vecinos de Poio y Marín.
Y es que, tal y como apunta Miguel Lago, presidente del Centro Comercial Urbano Zona Monumental, "muchos de los ciudadanos que solían acudir a hacer sus compras en Pontevedra procedían de otros municipios de los alrededores", como Sanxenxo, Cerdedo-Cotobade, Meis, Ponte Caldelas, Barro, Vilaboa y tantos otros, y las restricciones de movilidad impuestas les impiden acceder a la capital salvo por motivos justificados. "Lo que alivia un poco esta situación es que Poio y Marín han formado parte del mismo cierre perimetral, porque desde esos ayuntamientos sí se puede seguir viniendo a la ciudad y, de hecho, muchos de los clientes que seguimos teniendo proceden de esos dos lugares".
Con todo, la caída de ventas se nota. Así lo dice Gabriel Gómez, responsable de la tienda de moda Delirious situada en la céntrica calle Michelena. "Nosotros tenemos muchos clientes que solían venir desde Vilagarcía de Arousa y Vigo, por poner dos ejemplos, y que a causa de esta restricción no pueden hacerlo. Es difícil de poner en cifras, pero en nuestro caso estamos hablando de un 30% o un 40% menos de ventas", lamenta este profesional.
En esta línea, apunta que en el sector del comercio local ya se conocen casos de negocios que han tenido que echar el cerrojo y de otros que prevén hacerlo próximamente. "Sé de algunos que están esperando a que pase enero para cerrar", apunta el responsable de Delirious. "Nos vendrían bien ayudas por parte de las Administraciones", añade.
"A nosotros también nos ha bajado la actividad alrededor de un 35% o más", indica María, dependienta en una zapatería ubicada en la calle Benito Corbal.
INCERTIDUMBRE. Según el presidente de la Asociación de Empresarios de la Pequeña y Mediana Empresa de Pontevedra (AEMPE), José María Corujo, el cierre perimetral "tendrá cierta influencia sobre el comercio y otras actividades económicas" y señala una "caída del consumo por la incertidumbre y la inseguridad que está generando entre la población el hecho de que se esté cambiando continuamente el paso con respecto a las medidas a tomar por culpa de la Covid". "Entendemos que la pandemia es difícil de controlar, pero se echa en falta que se recurra más a los técnicos y a los científicos y menos a los políticos. Ese descontrol está generando un caos para todos", lamenta Corujo.
Con todo, el presidente de AEMPE entiende que la medida del cierre perimetral en la comarca no es más que "un punto que se suma a otros cierres que se están haciendo en la ciudad, como las dificultades de movilidad que se están generando en Pontevedra. Se habla mucho de movilidad amable, pero se está creando un caos circulatorio que dificulta tanto el acceso como la salida del centro para aquellos que vienen desde otros concellos", dice.
Por su parte, el presidente del CCU Zona Monumental precisa también que este cierre ha derivado en "más miedo entre la población, porque es un indicador de que la situación sanitaria está mal, y todo eso provoca menos movimiento de gente y menos actividad".
Eso sí, añade que "con la desescalada y durante los meses de verano la gente se relajó y ahora se ve que se lo está tomando más en serio: los clientes mantienen más las distancias entre ellos, son más estrictos con las mascarillas, etcétera".
https://www.diariodepontevedra.es/articulo/pontevedra/comercio-lanza-sos-caida-ventas-cierre-perimetral/202011051318091111286.html
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