Poio, Barro, Marín, Cambados, Vilagarcía y Vilanova suspenderán la tasa de basuras o la de las terrazas durante el cese de actividad decretado por la Xunta. Pontevedra, que descarta rebajar la presión fiscal, opta por ayudas para hacer más competitivo el sector servicios y su tejido comercial
El cierre de la hostelería que la Xunta activó el sábado pasado para tratar de contener los contagios del coronavirus en 60 puntos de Galicia ha provocado la reacción desigual de los concellos, que son las administraciones más cercanas al ciudadano. Poio, Marín, Barro, Cambados, Vilagarcía y Vilanova han decidido suspender el cobro de alguna tasa para tratar de paliar la falta de ingresos por cese de actividad.
Cerdedo-Cotobade y Vilaboa estudian una posible rebaja fiscal y localidades como Campo Lameiro o Soutomaior todavía no han hecho ningún anuncio. En el caso de Pontevedra no habrá ninguna amnistía en los grandes recibos, pero sí se abre la puerta a rebajar el tributo de las terrazas durante el tiempo en el que no puedan instalarse por la alerta sanitaria.
El municipio que más ha abierto la mano durante esta situación excepcional ha sido Poio, que no pasará a los hosteleros las facturas de la basura ni la de los veladores. Para ello, los afectados deberán presentar la documentación que acredite que han echado la verja.
Barro, Marín y Cambados tampoco le cobrarán la recogida de basura a sus establecimientos, mientras que Vilagarcía y Vilanova mantienen la condonación a las terrazas. Por su parte, Ponte Caldelas, que no cobra a bares y restaurantes por instalar mesas y sillas en la vía pública, valora la posibilidad de ampliar ayudas al sector.
Los hosteleros han iniciado distintas acciones reivindicativas por toda la comarca para hacerse visibles. Su situación ha provocado la constitución de plataformas de afectados, que trabajan en paralelo a las asociaciones que tradicionalmente daban voz al colectivo. La más numerosa es la creada en Pontevedra, que cuenta con al menos 134 miembros. Aunque la mayor parte tienen restaurantes, bares o cafeterías, lo cierto es que la entidad aspira ha incorporado a autónomos de otras actividades, como el comercio.
La concejala de Promoción da Cidade, Anabel Gulías, se reunirá con esta última plataforma para escuchar sus reivindicaciones. La edil, que también es portavoz del Concello, reiteró este jueves que la postura del bipartito formado BNG y PSOE es la de mantener la misma estrategia fiscal. "Nós optamos por outra vía de acción: incrementar o gasto público pensando en todos os sectores. Nos facemos cargo da hostalaría, pero tamén doutros sectores que teñen problemas serios, como a cultura", explicó.
La nacionalista recordó que el Concello puso en marcha un plan de ayudas, Supera20, que prevé subvenciones individuales de hasta 5.000 euros para modernizar negocios y hacerlos más competitivos. Y que las bajadas de impuestos, que no comparten, "terían que ser equitativas".
"Que diferencia ó sector da hostalaría dunha vivenda cos seus membros no desemprego? Este Goberno nunca estivo coas solucións fáciles e demagóxicas", dijo en referencia al plan de rescate solicitado por el PP, que incluye ayudas directas a pymes y autónomos por 6,95 millones de euros para 2021 en asuntos como el empleo, en el que el Concello no tiene competencias. "Pedían sete millóns como podían pedir oito, nove ou doce", zanjó.
El registro impulsado por la asociación Hoempo y el Concello, que está en fase de elaboración, tiene como objetivo dar a conocer los bares y restaurantes que llevan los menús a casa o permiten a sus clientes recoger sus pedidos en el local. La medida se completa con una campaña municipal de apoyo al comercio local.
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