La provincia de Pontevedra destaca en verano por la afluencia del litoral. La riqueza de sus paisajes causa la admiración de los visitantes y no solo por su costa, las calas de la ría y sus playas de arena fina; otros lugares son igualmente recomendados para sobrellevar el calor, pasear a salvo del sol y retozar en el agua dulce, es el caso de sus piscinas naturales y pozas.

Pozas de Mougás (Oia)

Localizadas en un entorno agreste, las pozas de la Serra da Groba cuentan con un área de recreo y están próximas a una agrupación de petroglifos. El conjunto es apto tanto para el baño como para el senderismo, con varias cuencas de agua en terreno casi virgen que se extienden a lo largo de varios kilómetros, con distintas pendientes. Para llegar hay que partir de la carretera que une Baiona con A Guarda.

Río Lérez (Pontevedra)

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La playa fluvial, que cuenta con socorristas y un amplio arenal, está rodeada de largos paseos que discurren por ambos lados del meandro, en el curso bajo del Lérez, antes del núcleo urbano. Sobre la falda del Monteporreiro se encuentra el mirador homónimo, cercado por una zona de árboles magníficamente cuidada. Entre ambos espacios se configura un lugar indicado para la relajación.

Río Barosa (Barro)

El conjunto de molinos traza una ruta fluvial accesible, acogedora y con distintos niveles de dificultad pedestre. En la parte baja, la cascada y la zona de recreo regalan una estampa bucólica, perfecta para reponer fuerzas y esparcirse por el merendero o las zonas de agua calmada. Cualquier plan se acopla a este enclave próximo a Barro y anexo a la N-550.

Pozas da Moura (Domaio)

Una serie de pequeñas cascadas surten a las pozas cercanas a Domaio, en un recoveco tranquilo y fresco, con lindas vistas de la ría de Vigo desde Rande y hacia el océano. En la parte alta destacan los molinos, junto al regato que poco a poco se va desvaneciendo entre la roca y la frondosidad.

Goián (Tomiño)

Próxima a la fortaleza de San Lourenzo, la playa fluvial de Goián ha sido objeto de una profunda intervención, integrando la ribera del Miño con los muros de la fortificación y los desniveles circundantes a las viejas canteras, creando zonas de sombra sin estorbar a la visión. El resultado es un conjunto moderno que aprovecha al máximo el entorno, con terrazas de césped, parque infantil y un auditorio al aire libre.

A Fraga (Moaña)

El referente hidrográfico de Moaña discurre por la impresionante "fraga", orgullo de la localidad. Un firme paseo acompaña al regato por este santuario natural, en una ruta con un importante número de molinos abandonados, y en la que sólo se interpone el viaducto del Corredor do Morrazo. Saltos y pozas marcan el paso del río bajo las copas de una rica flora autóctona.

A Freixa (Ponteareas)

El paseo fluvial conecta el arenal del Tea con una amplia zona de descanso, las instalaciones deportivas y el camping. La playa está acondicionada, tiene servicios y chiringuitos, amén de un paseo entre los árboles. Se trata de un paraje de incontestable atractivo natural, ricos colores y apreciable tranquilidad, parte de la Red Natura 2000 de la Unión Europea.

Portovilán (Río Oitavén, Fornelos de Montes)

En el curso del río Oitavén, la playa fluvial de Portovilán es uno de los grandes atractivos de esta verde parroquia. Con mesas de piedra y servicios en el contorno fluvial, se trata de un lugar apto para el descanso y de fácil acceso. En los alrededores existe un sorprendente patrimonio histórico, con puentes y molinos, y agradables valles que dan un cariz particular a Fornelos de Montes.

Comboa - Aranza (Soutomaior)

El curso del mencionado Oitavén prosigue hasta unirse con el Verdugo, poco antes de Soutomaior. En este entorno dominado por las arboledas aparecen varias calas, como las de Aranza o Comboa, idóneas para esquivar el calor y refrescarse en zonas de poca profundidad. Sobre el Verdugo destacan el puente colgante y otro medieval, bien conservado.

A Calzada (Pontecaldelas)

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Ubicada en la parte alta del Verdugo, sobre Pontecaldelas, se trata de la primera playa fluvial de Galicia con bandera azul. Humanizada y accesible, esta área de recreo cuenta con servicios varios y un más que recomendable paseo colindante a la masa de agua. Es posible esparcirse por la parcela de césped, que aúna la sombra de los árboles con algunos claros.