La empresa gallega EiDF busca una tercera auditora que revise sus cuentas

 

ADRIÁN BAÚLDE

La compañía, suspendida de cotización desde el viernes pasado, avanza que no podrá publicar a tiempo sus resultados financieros

19 abr 2023 . Actualizado a las 20:34 h.

La empresa gallega EiDF, con sede en Barro (Pontevedra) y dedicada al montaje de instalaciones de autoconsumo fotovoltaico para industrias, ha comunicado al BME Growth, la bolsa para pequeñas y medianas empresas, que no podrá publicar a tiempo, antes del día 30 de este mes de abril, la información financiera correspondiente al pasado ejercicio del 2022. Su respuesta se produce casi una semana después de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) decidiese dejar en suspenso la cotización de esa compañía por retener información privilegiada y «mientras es difundida información relevante respecto al proceso de formulación de cuentas y publicación de la información financiera auditada relativa al ejercicio finalizado el 31 de diciembre del 2022».

Es decir, la empresa no ha presentado las cuentas auditadas del 2022 y no lo va a poder hacer antes de que venza el plazo que tienen para ello las cotizadas.

¿Por qué? EiDF no da detalles de los motivos que están provocando ese retraso en la publicación de resultados. Pero sí deja entrever que la auditora PWC, que contrató en diciembre pasado en sustitución de Crow, no las ha avalado. Por eso, está buscando una «tercera entidad para que lleve a cabo ciertos trabajados de análisis [...] que permitan la correcta formulación de las cuentas anuales por parte del Consejo de Administración». O sea, que la compañía gallega revela que ni siquiera ha formulado las cuentas, un paso previo a su publicación y que tendría que haber realizado antes del pasado 31 de marzo.

La empresa fundada y dirigida por Fernando Romero preparaba su salto al mercado continuo. Por eso, aclara en su comunicado oficial, contrató los servicios de otra auditora, KPMG, como asesora para que realizase una «evaluación preliminar del control interno de la sociedad». Al mismo tiempo, la auditora principal, PWC, en su revisión de los estados financieros individuales y consolidados del 2022 «se han puesto de manifiesto determinadas cuestiones que podrían tener un impacto relevante en su informe de auditoría, que ha determinado la necesidad de ampliar el alcance de los procedimientos». Por ello, ha decidido buscar otra nueva auditora, que no podrá ser KPMG, porque ya es asesora.

Esta es la críptica explicación de EiDF a una situación que, como mínimo, ha dañado su imagen corporativa. Se trata de la compañía con mayor capitalización del BME Growth, de 1.600 millones de euros, seis veces que cuando salió a Bolsa, en julio del 2021. Entonces, el valor de la acción era de 1,44 euros y el viernes pasado quedó congelado en 29,76. Es decir, en algo más de año y medio, los títulos se han multiplicado por más de veinte.

Sus últimas cuentas anuales auditadas son las del ejercicio del 2021. Entonces obtuvo un beneficio de 7,5 millones de euros, frente a los 974.000 euros del 2020 y el millón de euros del 2019. La plantilla, a 31 de diciembre del 2021, era de 83 personas, 27 más que un año antes. La compañía no cuenta con comité de empresa, aunque fuentes sindicales indicaron que la plantilla actual es de 104 empleados.

El accionista principal de EiDF es la sociedad de Fernando Romero, Prosol Energía, con el 72,16 % del capital; también cuentan con participaciones Mass Investmente Ark, con el 7,61 %, y Memento Gestión, con el 6,63 %. El 13,6 % restante está en manos de pequeños inversores, que tienen su dinero atrapado mientras se mantenga la suspensión de la cotización de sus acciones.

 

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/economia/2023/04/19/empresa-gallega-eidf-busca-tercera-auditora-avale-cuentas/00031681918432392766317.htm