Mariví, Escu, Reme y María Rosa, el pasado martes en la plaza de España de Pontevedra
El matrimonio de Madrid hará la marcha de 67 kilómetros junto a ocho voluntarios el próximo 27 de abril
Vivir con ceguera, pero hacerlo plenamente. Es lo que intentan y muchas veces consiguen los dos protagonistas de esta historia. Les une el amor, sobre todo el amor, más que sus problemas de visión. Son Juan Manuel Escudero, Escu, y Reme Serrano. El matrimonio reside en Madrid y están inscritos para participar en la Pontevedrada 2024, la marcha nocturna a pie hasta Santiago que se celebra el próximo 27 de abril para fomentar la donación de órganos, tejidos y sangre.
A Escu, que tiene 61 años, le diagnosticaron con seis meses glaucoma congénito. Hasta los 28 años, cuando se quedó ciego, sufrió varias operaciones para intentar que no perdiera la visión. Dice con humor que lleva más tiempo «de ciego que de vidente». No fue de un día para otro, sino progresivamente. Ambos están afiliados a la ONCE y esta va a ser su primera Pontevedrada. Reme, de 60 años, cuenta que llevaban detrás de la marcha desde el 2020, pero que la pandemia obligó a suspender aquella edición y la del 2021. «Los últimos dos años no estaba yo en muy buenas condiciones», relata. Y es que hace siete meses, el 13 de septiembre, se sometió a un trasplante de riñón, esta vez de un donante vivo, de su hermana María José. Hace 31 años había recibido un primer riñón de un donante cadáver. Además, Reme ve muy poco. «Tengo como un 10 % de visión, he ido perdiendo vista porque tenía una miopía magna», explica.
Escu insiste en que «la estrella» es ella. Se conocieron en el colegio de la ONCE en Sevilla en los años 70 del siglo XX. Son compañeros de vida y comparten afición por el deporte y la naturaleza. Por ello, están preparados físicamente para afrontar la Pontevedrada. La encaran con ganas e ilusión y con una pre Pontevedrada para sentir el terreno ya en las piernas. Completaron los 67 kilómetros en dos días, eso sí, haciendo noche en Valga y no del tirón como intentarán recorrer el último sábado de abril. Lo hicieron el pasado miércoles y jueves, acompañados por dos voluntarias, María Rosa y Mariví. La segunda etapa de Valga a Santiago fue «más desafiante» por el calor que hizo ese día y el desnivel. Pero lograron caminar 35 kilómetros en siete horas y 40 minutos.
María Rosa, Escu, Reme y Mariví, el pasado jueves, a su llegada al Obradoiro, en Santiago, tras hacer su pre Pontevedrada en dos etapas ESCU
«Soy muy deportista de toda la vida. No lo hacemos por capricho. Me gusta ponerme retos bastante importantes física y mentalmente. Con el grupo de montaña de la ONCE he subido los picos más altos de la Comunidad de Madrid, la ruta de Ezcaray en La Rioja, Sierra Morena en Córdoba o el Camí de Cavalls en Menorca. Y también hacemos el Camino de Santiago una vez al año», detalla Escu. Fue precisamente Reme, su mujer, quien haciendo el Camino conoció a un afiliado de la ONCE que le habló por primera vez de la Pontevedrada. «Y como ella es trasplantada quiere participar, y yo con ella. No vamos para probar, vamos con la intención de terminarla».
Sin barra direccional
Escu y Reme estarán acompañados el 27 de abril por ocho voluntarios. Lucirán unas camisetas azules. No llevarán la barra direccional de tres metros que se usa en montaña para guiar a personas ciegas porque, dice, es una ruta «más fácil, que no entraña dificultad técnica». Se le pregunta si de noche él lleva cierta ventaja al ser ciego. «Yo veo con los otros sentidos, con el oído, el tacto, el olor, la orientación. Ese estrés de la noche no lo voy a tener. Nadie se va a dar cuenta de que no veo», asegura Escu. Reme, que se define como más senderista que montañera, comenta que están acostumbrados a hacer salidas de 32 kilómetros los sábados. Ambos creen que están preparados, pero saben que no es una competición.
María Rosa, una de las voluntarias, señala que el grupo afronta la Pontevedrada «con todos los ánimos, una ilusión tremenda y una motivación más tremenda aún». Tienen preparación y han entrenado y la idea, remacha, es llegar a Santiago. «Luego ya veremos, pero estamos muy ilusionados, sobre todo, por Reme y su hermana María José. Fue Reme quien nos metió en esta historia».
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/2024/04/14/pontevedrada-nuevo-reto-escu-reme-ciego-doble-trasplantada-rinon/0003_202404P14C3991.htm
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