El número de piezas está "bajo mínimos" ante el abandono del rural, las plagas y el aumento incontrolado de los predadores
El próximo domingo comienza una nueva temporada de caza menor, pero el sector cinegético de la comarca lo hace con una mezcla de ilusión y bajas expectativas. A la tendencia decreciente en esta práctica en estos últimos años y la falta de relevo generacional se le suma que el número de piezas se encuentra "bajo mínimos".
"No podríamos establecer una circunstancia simple ni un único culpable. Es un cúmulo", explica el presidente de la Mesa Galega pola Caza y de la Sociedad de Caza de Portas, Manuel Martínez, que acumula lustros ligado a la actividad. Martínez asegura que la caza tiene, ahora mismo, "todo en contra".
"Es una mezcla de desilusión y desesperación. Sabemos que esto económicamente no es rentable, pero la afición puede con todo. Aunque ahora la gente ya no sale a disfrutar, sino que sufre", profundiza una de las voces más autorizadas en la provincia de Pontevedra.
Pero, ¿dónde radica este pesimismo? Martínez expone que el problema tiene varias patas, todas de difícil solución. Por un lado se encuentra el abandono general del rural, que conduce a hábitats naturales más cerrados donde animales como el conejo no se desenvuelven y desarrollan tan bien. Este abandono provoca que, de cuando en cuando, se tenga que limpiar. Y se haga con desbroces masivos, que "destrozan el hábitat". "Es una brutalidad", añade.
Este abandono del rural se traduce también en una falta de control tanto sobre los depredadores como de las plagas. "Tener como tenemos el medio natural hace que las especies predadoras tengan mucho ganado. Se mueven muy bien en terrenos asilvestrados. Pueden cazar más fácilmente y eso les permite criar más. Y como tampoco hay quien las controle...", analiza el máximo responsable de la sociedad de Portas en una clara crítica a una administración autonómica que, asegura, "pasa de puntillas".
En la misma línea se mueve el presidente de la Sociedad de Caza de Barro, Yago Abal. "Es que hay más lobos que nunca. ¿Quién iba a decir que en nuestro coto íbamos a tener lobos? Pero así es. Lo peor es que es difícil de controlarlos. Porque hoy están aquí y mañana en Moraña", expone.
Otro de los grandes predadores es el zorro, aunque el hecho de que sea considerado una pieza de caza menor permite bajar su censo. "Aún así no tiene demasiado interés cinegético, porque no se come", destaca Martínez, que pone sobre la mesa las enfermedades de las piezas de caza menor como otro de los motivos para esa escaseza preponderante.
"Es complicado de controlar y no ayudan las importaciones masivas de colectivo cinegético que hacemos para tener más piezas para cazar", reconoce. "Traer conejos de otros lugares hace que se generen enfermedades. Además, para los animales de granja sí hay vacunas, pero para los de campo ese factor prácticamente es inoperante", señala.
Todo ello conduce a que el conejo, la perdiz y el faisán sean las piezas más codiciadas de cara a esta temporada. "Faltan por llegar varias aves migratorias por el calor", recuerda el representante de la Mesa Galega pola Caza.
Esta situación conduce a que los cazadores se colocan a las puertas de una nueva temporada con pesimismo, aunque hay pequeños oasis, como Barro. "Sé que en otros lados no es así, pero aquí bien sea por el calor o la falta de lluvias, estamos mucho mejor que últimamente en cuanto a piezas. Los concejos suelen desaparecer en septiembre y este año hay muchos", matiza Abal. Una afirmación con la que Martínez concuerda, aunque avisa que las "anécdotas" en lugares concretos no son "la realidad". Que los árboles no impidan ver el bosque.
http://www.farodevigo.es/portada-pontevedra/2017/10/13/sector-cinegetico-inicia-domingo-temporada/1766529.html
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