"Una historia con final feliz" en el edificio amenazado de desahucio en Barro

 

El vecindario del edificio de Bouza do Rei en la primera de las fiestas de esta navidad. FdV

 

El vecindario del edificio Bouza do Rei de Barro festeja en estos días “Una historia con final feliz”, mostrando su unidad con la celebración de las fiestas navideñas, tras una larga lucha administrativa y judicial contra la amenaza de desahucio de la Sareb (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria).

“Después de empezar este año 2023 totalmente desahuciados y sin esperanzas de nada, gracias a los vecinos, a la prensa y a la unión entre todos, conseguimos acabar el año con una fiesta”, dicen los residentes, que recuerdan que “a nosotros nunca nos hubiera gustado ser protagonistas de esta historia, pero lo fuimos y salimos más fuertes”.

Son los habitantes del único edifico de la Rúa Bouza do Rei de Barro, que suma ya 15 años de existencia y numerosos conflictos administrativos y judiciales.

Los pequeños vecinos del inmueble se encargaron de decorar el árbol. FdV

Este 2023, “el año que por cierto menos gente vive en el edificio gracias a la Sareb (9 pisos permanecen vacíos sin siquiera estar a la venta), por primera vez y gracias o por culpa de todo los que nos ha pasado logramos reunirnos para celebrar la despedida de este año tan malo y tan maravilloso a la vez”, expone el vecindario en un comunicado.

Así, el pasado jueves instalaron un árbol de navidad y encendieron las luces “ya que este año no nos tocó ni una sola luz del ayuntamiento”, para celebrar una fiesta en la que los 13 niños que viven en este edificio fueron los protagonistas, creando los adornos del árbol y posteriormente instalándolos. A continuación, toda la comunidad se reunió para celebrar una chocolatada.

Pero las fiestas no concluirán aquí. El próximo día 23 se volverán a reunir para celebrar una comida de confraternidad en el mismo edificio.

Una de las familias del edificio junto al árbol de navidad. FdV

“Seguimos teniendo fe, pero sin olvidarnos que muchas familias siguen luchando por las injusticias de la Sareb”, concluyen.

Los problemas de estos vecinos comenzaron hace años, cuando se enteraron sorpresivamente de que el edificio en el que viven o tienen sus negocios había sido embargado en el año 2019 al constructor al que ellos seguían pagando los alquileres, aunque no fueron informados hasta dos años después, en 2021, cuando les llegó una notificación del juzgado de Caldas. 

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