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domingo, 3 de diciembre de 2023

EiDF reequilibra los poderes internos

 


La compañía cede al nuevo CEO la potestad para reestructurar el negocio y se abre a nombrar un coordinador de consejo | Romero se desprendió del 20% del capital este año

El Boletín Oficial del Registro Mercantil publicó el pasado 22 de noviembre el cambio de sede de EiDF desde la nave que ocupan todavía sus oficinas centrales en el polígono industrial de Outeda-Curro, en el concello pontevedrés de Barro, a la Calle Orense de Madrid. La compañía justificó la mudanza “para estar más cerca de los mercados financieros y la actividad económica donde desarrolla parte de su actividad”. Ese mismo día, mandó nada menos que cuatro comunicaciones relevantes a los inversores y al supervisor, firmadas ya por el nuevo responsable del negocio, Joaquín Galí Rogent, para tratar de evidenciar “el comienzo de una nueva fase”.

Anunció la amortización anticipada de pagarés y la cancelación del crédito de Prosol Energía —propiedad de su presidente y fundador, Fernando Romero— por un importe máximo en total de 21,6 millones mediante la suscripción de préstamos a largo plazo convertibles en acciones. En otra, expuso la venta de un bloque de 4,4 millones de títulos a un precio cada uno de 1 euro de la cartera de Romero a la sociedad Laurion Financial Enterprises. La tercera comunicación refleja el nuevo reparto accionarial tras esta operación, que afianza al fondo luxemburgués gestionado por Tiago Moreira Salgado, consejero de EiDF, como segundo gran socio del grupo (12,89% del capital) por detrás del presidente (51,96% tras desprenderse del 20% de la compañía este año). En la última se traslada el cambio de modelo de gobierno corporativo tras el enfrentamiento con su auditor, la pesadilla de la pausa en Bolsa en abril por no presentar en tiempo y forma las cuentas anuales, la desbandada de los inversores a la vuelta y el cara a cara con la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) por las supuestas irregularidades en la gestión.

“En un momento de profundos cambios y consolidación del negocio de EiDF Solar, la sociedad ha iniciado un proceso crucial en su estructura de gobernanza y cumplimiento normativo”, justifica en el documento, que reivindica el giro de timón tras “un periodo de rápido crecimiento de sus operaciones” no solo para “consolidar el modelo de crecimiento de las empresa —añade—, sino también institucionalizarla, así como fortalecer sus órganos de gobierno”. Insiste en que se trata de “un momento de inflexión”, sin mencionar nada de lo ocurrido. Un antes y un después que personaliza, generoso en alabanzas, en Fernando Romero: “Se ha de conseguir un relevo efectivo al gran liderazgo, esfuerzo y la visión personal del fundador de EiDF”.

Siguiendo precisamente el dictado del presidente, el consejo de administración adopta un modelo de gobierno corporativo “actualizado que se adecue a las necesidades de la empresa y esté en línea con su plan de negocio y su ambición de liderar el mercado de las energías renovables”. ¿Y cómo será? Un modelo “dualista” que pretende “establecer un equilibrio”. “Por un lado, se busca una composición mayoritariamente independiente en el consejo de administración, liderada por el presidente fundador, que aporta un valioso talento y una amplia experiencia en la industria de la energía renovable”, indica el manual. En la otra cara de la moneda está el consejero delegado “profesional cuyos esfuerzos se centrarán en la gestión y en la implementación de un modelo de negocio sostenible”.

La metamorfosis corporativa de EiDF es oficial desde el pasado 1 de noviembre. Dice la empresa que se caracteriza por “una clara y eficaz división de roles entre supervisión y gestión”. La primera función le corresponde a la junta general de accionistas —los cuatro grandes socios acaparan cerca del 80% del capital— y al consejo de administración, al que encomienda “llevar a cabo un control riguroso, brindar asesoramiento al equipo directivo y facilitar el acceso a instituciones, actores del mercado y otros interlocutores clave”. “Esto se hace —asegura EiDF— con el objetivo de garantizar el éxito en la consecución de los objetivos estratégicos y operativos de la empresa”.

Su composición aspira a “un equilibrio entre diversidad, conocimiento y experiencia empresarial, lo que se traduce en un alto nivel de responsabilidad y un deber fiducitario crítico, fundamentado en valores como la lealtad, la supervisión y la confidencialidad”. La compañía deja la puerta abierta a nombrar un consejero coordinador entre los miembros del órgano que tengan categoría de independientes. Hay cuatro: Joan Gelonch, Enrique Pérez-Hernández, Nuria Villaescusa y Bruno Díaz. Se encargaría de convocar las reuniones, añadir puntos del día, citar a los consejeros no ejecutivos y “liderar la evaluación de desempeño” del propio Romero, que pasa de consejero ejecutivo a dominical, igual que Moreira (antes consejero independiente).

En el consejero delegado recaerá “la gestión diaria y operativa de todas las actividades de la sociedad” con “poderes suficiente para ejecutar todas las tareas necesarias para el cumplimiento de sus funciones”. El puesto está vacante todavía. EiDF revela que Joaquín Galí, fichado en octubre, es todavía director general. Después de “un periodo inicial de adaptación y prueba”, el consejo de administración propondrá su nombramiento efectivo.

Será puro formalismo. En este periodo de transición, Galí recibió “los poderes necesarios para que el primer ejecutivo de la sociedad pueda ejercer sus funciones y responsabilidades”. “Asimismo, el nuevo consejero delegado deberá, tras profundizar en el conocimiento de la sociedad, de su grupo y de sus necesidades, decidir las nuevas funciones y estructura adecuada para su correcto funcionamiento, procediendo a la propuesta de las contrataciones que estime oportunas”, señala la compañía, que prevé que a final de año o como muy tarde en el primer trimestre del próximo 2024, “la nueva estructura estará completamente implementada”.

Sin que todavía se hayan despejado las dudas sobre las tripas del negocio a pesar de la defensa a ultranza que Romero y su equipo han hecho frente a las acusaciones de falseamiento de cuentas, con amenazas incluso de acudir a los tribunales, EiDF acaba el año en el lado oscuro del parqué. En 2022 iluminó la Bolsa. Fue la cotizada con mayor revalorización (470%) y se convirtió en la mayor firma del BME Growth, superando incluso a algunas compañías del selecto Ibex 35. Llegó a la jornada de suspensión el 14 de abril de 2023 con una capitalización superior a los 1.700 millones y un precio por acción de 26,76 euros. El pasado viernes cerró en 3,558, por debajo de los 4,2 con los que debutó hace solo dos años y medio.

las acciones de EiDF

H Prosol, de Fernando Romero, mantiene el 51,96% del capital; el fondo Laurion acapara el 12,89%; Mass Investments (Alejandro Alorda) tiene el 8,31%; y Memento Gestión (Julio Palmero) el 6,63%.

1 Cuatro grandes accionistas

H La cotización de la compañía cerró el viernes en 3,558 euros frente a los 4,2 euros con los que se estrenó y un 87% menos que antes de la suspensión.

2 Precio por debajo del estreno

 

https://www.laopinioncoruna.es/economia/2023/12/03/eidf-reequilibra-poderes-internos-95395801.html 

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