Los vecinos de Curro atribuyen la acción a miembros del colectivo Monte Castrove, que dice que asumirá los daños
Los vecinos del lugar de Bretoña, en la parroquia de Curro (Barro), pasaron ayer del cabreo a la indignación tras enterarse que de madrugada alguien había liberado a los once caballos salvajes que desde el viernes estaban retenidos en una finca para evitar destrozos en sus propiedades. «Abriron de noite e cortaron os alambres para que os animais escaparan», comentó a media mañana Rosa, una vecina.
«Debeu de ser sobre as dúas e media da mañá e os cabalos están xa nas veigas e no medio do millo. Isto é un desastre e a ver se somos capaces de collelos de novo», indicó esta mujer. Pero no fue así y los équidos volvieron al monte.
Desde el primer momento los vecinos atribuyeron la acción «aos donos dos animais», en alusión a miembros de la Asociación Cabalar Monte Castrove. La suelta de los equinos se produjo horas antes del encuentro que vecinos y propietarios de los caballos mantuvieron ayer por la mañana.
Según la versión de los vecinos, los dueños de los equinos se comprometieron «de palabra» a hacerse cargo de los daños causados en fincas y cultivos, que no fueron cuantificados. El presidente del colectivo, José Vidal, que no participó en el encuentro matinal, manifestó por la tarde que los vecinos pueden estar tranquilos porque el colectivo va a asumir el coste de los desperfectos. «Ahora estamos bastante ocupados con la organización de la rapa, pero habrá que ir allí a ver los daños, que se van a pagar», remachó.
Desde la asociación son conscientes de los problemas que causan los animales que bajan del Castrove, pero entienden que la solución no debe corresponderles a ellos en solitario.
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