La Cofradía dos Viños Rías Baixas nombrará en la última semana de octubre a sus nuevos cabaleiros y damas. La entidad que preside el ribadumiense Jesús Paz Parracho cuenta en la actualidad con 39 miembros eméritos y su misión es "vender y defender nuestro producto en cualquier lugar del mundo, sea cual sea su oficio", en palabras del mestre supremo de una entidad que está integrada en Fecoes y Ceuco, las federaciones española y europea de las cofradías enogastrómicas. Su símbolo es una pieza en la que se fusionan una botella y un lagar.
Las cofradías enogastronómicas ennoblecen con su presencia multitud de fiestas en las que se exaltan productos de calidad ligados a una determinada zona geográfica. Sus coloridos trajes aportan vistosidad a los actos, y realzan la fiesta desde un punto de vista social y mediático con el nombramiento de destacadas personalidades como cabaleiros y damas de las órdenes. Además, las cofradías conservan como oro en paño toda una serie de rituales que ayudan a fijarse en el poso histórico y sociocultural que todo producto tiene tras de sí.
Una de las cofradías más conocidas de O Salnés es el Capítulo Serenísimo do Albariño, que todavía preside Manuel Fraga y que ha crecido junto a la fiesta de Cambados. Sin embargo, la única entidad que representa a todos los vinos de la denominación de origen Rías Baixas –el albariño es una de sus variedades, pero hay muchas más, incluso tintas– es la Cofradía dos Viños Rías Baixas.
Esta es la denominación que adoptó en enero de 2010 la entidad nacida seis años antes en el seno de la asociación Castro Elviña, y que entonces se denominaba Serenísima Orde do Lagariño. La entidad la preside desde sus inicios Jesús Paz Parracho, y tiene su domicilio social en Ribadumia. Los cofrades de los vinos Rías Baixas estuvieron el domingo en los actos centrales de la Festa da Ameixa, pero con anterioridad participaron en las fiestas del vino de Cambados, Meaño, el Ulla o Barro.
"Nosotros lo que defendemos ante todo, allí donde estemos, son los vinos Rías Baixas", explica Jesús Paz. En su opinión, las cofradías enogastronómicas desempeñan un papel muy importante en la promoción de un producto, complementario al de los consejos reguladores de la denominación de origen. Así, mientras estos se dedican a los aspectos económicos del producto –control de calidad, promoción y comercialización–, las cofradías destacan sus valores históricos y socioculturales, y lo dotan de nuevos "embajadores".
Y es que cada nueva Dama o Cabaleiro promete en su acto de investidura defender y promover ese producto en todos los ámbitos de su vida personal y profesional. La Cofradía dos Viños Rías Baixas tiene una dilatada nómina de Cabaleiros y Damas, entre los que se encuentran el director de la Estación Fitopatolóxica do Areeiro, Pedro Mansilla; el gerente del consejo regulador Rías Baixas, Ramón Huidobro; la alcaldesa de Ribadumia, Salomé Peña; la directora de los museos de Cambados, Rocío Acha; el exconcejal de Vilagarcía Roberto Araujo; el expresidente de Agader, Alfonso Ruano; el empresario Andrés Quintá; el doctor en Enología David Landín; el artista de Cangas do Morrazo Camilo Caamaño Xestido; o el restaurador Carlos Joaquín Porto, que es natural de Ribadumia y que tiene varios negocios en Madrid. Todos ellos juraron el cargo sobre una pieza de metal de ocho kilos de peso que representa el "lagariño", un símbolo diseñado por Jesús Paz que fusiona el lagar y la botella, o, lo que es lo mismo, el proceso de elaboración y de comercialización y disfrute del vino.
"La labor del Cabaleiro es vender y defender el producto en cualquier lugar del mundo, sea cual sea su oficio", concluye Paz Parracho.
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