Los movimientos de tierra favorecen a la especie invasora y el clima de este verano también
Si últimamente les da la impresión
de que la hierba de la Pampa, también conocida como plumón o plumero
-esa planta de nombre científico Cortaderia selloana con tallo y
hojas verde y plumas blancas-, está por todas partes, de que la ven más
que nunca... Es probable sus ojos no les mientan. Esta especie invasora
avanza sin freno en las Rías Baixas, ayudada por los movimientos de
tierra derivados de obras y, también, por el clima. Es esta época del
año, en la que está en plena floración, cuando, lógicamente, se ve más
que nunca. Aunque es resistente y se adapta a climatologías distintas,
el calor y la humedad son lo que mejor le van. Así que este año su
expansión probablemente sea mayor. «Esta planta suele decirse que corre
con las carreteras, es decir, que se expande donde se hacen
infraestructuras y por tanto se mueve la tierra. Encima, el calor le va
bien, así que es posible que las temperaturas suaves de este año le
favorezcan», indica Francisco Javier Silva, jefe del departamento de
Ecosistemas Forestales del Centro de Investigación Forestal de Lourizán.
Lo que dice este técnico es fácilmente comprobable. Pongamos dos ejemplos. Uno de ellos en el municipio de Barro. En la carretera que va desde Pontevedra a Vilagarcía, a la altura del nudo de Curro, la imagen estos días es impactante. Todos los terrenos donde, efectivamente, se movió la tierra hace unos años para mejorar la infraestructura viaria son ahora pasto de la hierba de la Pampa. El plumero blanquecino abunda tanto que, a vista de pájaro, parece que hay una gran mancha blanca en la zona. Y lo mismo pasa en los cercanos terrenos del polígono industrial de Barro-Meis. También están colonizados por esta planta invasora.
Otra imagen impactante de cómo el plumero corre a la misma velocidad que el asfalto puede observarse en la cinturón viario vilagarciano que desemboca en el puerto, también de reciente construcción. No hay apenas metros de cuneta sin estar teñidos de blanco pampero. Si se pregunta a quienes estos días trabajan tierras limítrofes con la carretera, su conclusión es clara: «Isto é unha peste, leva todo por diante, non deixa medrar outra cousa».
Realmente, esas palabras las constatan los técnicos, que indican que la hierba de la Pampa se lleva por delante la biodiversidad allí donde empieza a expandirse. De hecho, la preocupación es alta, sobre todo, porque prolifera en sitios como el istmo de A Lanzada, en un ecosistema privilegiado que está en el listado de Humedales de Importancia Internacional Ramsar, es Zona de Especial Protección para las Aves y, entre otras muchas protecciones, está incluida en la Red Natura. Señala Javier Silva que ahora es el momento más peliagudo, porque es cuando se expande la semilla. Si el viento es fuerte, puede ayudarle y hacer que avance todavía más.
En el caso de espacios públicos, sobre todo si se trata de un espacio protegido, no puede actuarse únicamente atendiendo a estos consejos básicos. Hay que hacer un estudio caso por caso para ver cómo erradicarla.
Hubo varios lugares de Galicia, donde, literalmente, hubo que declararle la guerra a la hierba de la Pampa. Ocurrió por ejemplo en A Mariña lucense. Allí, utilizaron incluso excavadoras en un intento en vano por eliminarla. La plaga es tal que incluso está llegando ya a zonas del interior de Galicia como la capital lucense. Hasta ahora, parecía que se conformaba con producir en la costa.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/barro/2016/09/24/calor-obras-expanden-hierba-pampa/0003_201609P24C1992.htm
Lo que dice este técnico es fácilmente comprobable. Pongamos dos ejemplos. Uno de ellos en el municipio de Barro. En la carretera que va desde Pontevedra a Vilagarcía, a la altura del nudo de Curro, la imagen estos días es impactante. Todos los terrenos donde, efectivamente, se movió la tierra hace unos años para mejorar la infraestructura viaria son ahora pasto de la hierba de la Pampa. El plumero blanquecino abunda tanto que, a vista de pájaro, parece que hay una gran mancha blanca en la zona. Y lo mismo pasa en los cercanos terrenos del polígono industrial de Barro-Meis. También están colonizados por esta planta invasora.
Otra imagen impactante de cómo el plumero corre a la misma velocidad que el asfalto puede observarse en la cinturón viario vilagarciano que desemboca en el puerto, también de reciente construcción. No hay apenas metros de cuneta sin estar teñidos de blanco pampero. Si se pregunta a quienes estos días trabajan tierras limítrofes con la carretera, su conclusión es clara: «Isto é unha peste, leva todo por diante, non deixa medrar outra cousa».
Realmente, esas palabras las constatan los técnicos, que indican que la hierba de la Pampa se lleva por delante la biodiversidad allí donde empieza a expandirse. De hecho, la preocupación es alta, sobre todo, porque prolifera en sitios como el istmo de A Lanzada, en un ecosistema privilegiado que está en el listado de Humedales de Importancia Internacional Ramsar, es Zona de Especial Protección para las Aves y, entre otras muchas protecciones, está incluida en la Red Natura. Señala Javier Silva que ahora es el momento más peliagudo, porque es cuando se expande la semilla. Si el viento es fuerte, puede ayudarle y hacer que avance todavía más.
Cómo se puede cortar
¿Qué hay que hacer si a uno le aparecen una o varias plantas de estas
en el jardín o cualquier otro espacio -cabe recordar que en España está
prohibida su posesión, transporte y venta por estar incluida dentro del
catálogo de Especies Exóticas Invasoras-? «Hay que cortarla, y hacerlo
con mucho cuidado para que la semilla no se expanda, metiéndola
rápidamente en una bolsa y no dejando que entre de nuevo en contacto con
la tierra», dice Silva. Luego, es necesario aplicar glifosato, un
herbicida, de forma muy puntual Otro técnico, que habla en el mismo
sentido, apuesta por el desbroce, aunque reconoce que se trata de una
especie dura que cuesta trabajo cortar. Y, posteriormente, aconseja
echar sobre el espacio que ocupaba una malla anti hierbas o un plástico
durante al menos tres años. Uno de los problemas es que la erradicación
no es rápida, sino que puede tardar varios años en llevarse a cabo, ya
que hay que eliminar el rizoma, que puede hacer que vuelva a surgir.En el caso de espacios públicos, sobre todo si se trata de un espacio protegido, no puede actuarse únicamente atendiendo a estos consejos básicos. Hay que hacer un estudio caso por caso para ver cómo erradicarla.
Hubo varios lugares de Galicia, donde, literalmente, hubo que declararle la guerra a la hierba de la Pampa. Ocurrió por ejemplo en A Mariña lucense. Allí, utilizaron incluso excavadoras en un intento en vano por eliminarla. La plaga es tal que incluso está llegando ya a zonas del interior de Galicia como la capital lucense. Hasta ahora, parecía que se conformaba con producir en la costa.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/barro/2016/09/24/calor-obras-expanden-hierba-pampa/0003_201609P24C1992.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario