La Justicia concluye que el conductor del camión contra el que chocó un tren en la salida norte de Pontevedra no tuvo responsabilidad alguna en este siniestro
Cinco años después de que un tren
impactase contra un camión en el paso a nivel de Liborei, en la
parroquia pontevedresa de Cerponzóns, la Justicia ha concluido que el
conductor del vehículo no tuvo responsabilidad alguna en lo ocurrido. De
este modo, la Audiencia de Pontevedra rechaza la tesis de Renfe que
atribuyó el accidente al profesional del volante.
En su lugar, los magistrados capitalinos apuntan al estado del paso a nivel donde el vehículo se quedó atrapado antes de recibir el impacto del convoy: «No se produjo irrupción en la vía, sino que el camión se hallaba detenido en la vía obstaculizando el paso al quedar atascado justo a la salida del paso a nivel». Por tanto, «no ha sido la impericia ni la falta de diligencia del conductor la causa del accidente, sino los concretos factores de configuración de la salida del paso a nivel», refieren al respecto.
A la hora de establecer estas conclusiones, se alude a los dictámenes emitidos por dos peritos que examinaron el lugar de la colisión. Estos determinaron que la barra antiempotramiento del vehículo se enganchó sobre la plataforma de caucho por varios factores. Entre estos, se encuentra el «dimensionamiento de la pendiente tras el paso a nivel -tramo con pronunciada concavidad-», así como la presencia de un socavón, que bajaba la cota de apoyo del camión. De igual modo, ambos expertos echaron en falta en este punto de la salida norte de Pontevedra la existencia de «señalización de prohibición de paso por longitud máxima del vehículo».
Tras destacar «la rapidez con la que se procedió a corregir [la concavidad] mediante relleno con cemento», los magistrados consideran que el camionero no pudo evitar que la parte trasera de este vehículo se quedase atrapada. A fin de cuentas, «no podía adivinar que dicha concavidad, unido al socavón existente y la excesiva pendiente de la vía (...), combinados con la longitud del camión», terminaría por provocar su aprisionamiento.
Igualmente, confirman que no tuvo tiempo de avisar del problema con la antelación suficiente para adoptar medidas de prevención en el paso de los trenes.
De este modo, sobre las nueve y media de la mañana del 18 de julio del 2011, un convoy impactó violentamente contra el vehículo. Durante tres horas el tráfico ferroviario estuvo interrumpido y cerca de medio millar de pasajeros tuvieron que ser transportados en autobús entre la estación de Pontevedra y la de A Portela, en Barro, para que pudieran continuar su viaje de nuevo en ferrocarril, ya fuera en dirección a Santiago o a Vigo. Dos de estos usuarios, según confirmaron aquel día fuentes sanitarias, resultaron heridos de carácter leve.
Se da la circunstancia de que esta sentencia contrasta con otra emitida en la jurisdicción contencioso administrativa en la que atribuye, según Renfe, la responsabilidad a la imprudencia del conductor. La Audiencia resuelve esta cuestión precisando que, «aunque ello repugne a la lógica», distintos tribunales pueden declarar acaecidos y no unos hechos.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/2016/09/26/estado-paso-nivel-liborei-causo-accidente-ferroviario-2011/0003_201609P26C3991.htm
En su lugar, los magistrados capitalinos apuntan al estado del paso a nivel donde el vehículo se quedó atrapado antes de recibir el impacto del convoy: «No se produjo irrupción en la vía, sino que el camión se hallaba detenido en la vía obstaculizando el paso al quedar atascado justo a la salida del paso a nivel». Por tanto, «no ha sido la impericia ni la falta de diligencia del conductor la causa del accidente, sino los concretos factores de configuración de la salida del paso a nivel», refieren al respecto.
A la hora de establecer estas conclusiones, se alude a los dictámenes emitidos por dos peritos que examinaron el lugar de la colisión. Estos determinaron que la barra antiempotramiento del vehículo se enganchó sobre la plataforma de caucho por varios factores. Entre estos, se encuentra el «dimensionamiento de la pendiente tras el paso a nivel -tramo con pronunciada concavidad-», así como la presencia de un socavón, que bajaba la cota de apoyo del camión. De igual modo, ambos expertos echaron en falta en este punto de la salida norte de Pontevedra la existencia de «señalización de prohibición de paso por longitud máxima del vehículo».
Tras destacar «la rapidez con la que se procedió a corregir [la concavidad] mediante relleno con cemento», los magistrados consideran que el camionero no pudo evitar que la parte trasera de este vehículo se quedase atrapada. A fin de cuentas, «no podía adivinar que dicha concavidad, unido al socavón existente y la excesiva pendiente de la vía (...), combinados con la longitud del camión», terminaría por provocar su aprisionamiento.
Igualmente, confirman que no tuvo tiempo de avisar del problema con la antelación suficiente para adoptar medidas de prevención en el paso de los trenes.
De este modo, sobre las nueve y media de la mañana del 18 de julio del 2011, un convoy impactó violentamente contra el vehículo. Durante tres horas el tráfico ferroviario estuvo interrumpido y cerca de medio millar de pasajeros tuvieron que ser transportados en autobús entre la estación de Pontevedra y la de A Portela, en Barro, para que pudieran continuar su viaje de nuevo en ferrocarril, ya fuera en dirección a Santiago o a Vigo. Dos de estos usuarios, según confirmaron aquel día fuentes sanitarias, resultaron heridos de carácter leve.
Se da la circunstancia de que esta sentencia contrasta con otra emitida en la jurisdicción contencioso administrativa en la que atribuye, según Renfe, la responsabilidad a la imprudencia del conductor. La Audiencia resuelve esta cuestión precisando que, «aunque ello repugne a la lógica», distintos tribunales pueden declarar acaecidos y no unos hechos.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/2016/09/26/estado-paso-nivel-liborei-causo-accidente-ferroviario-2011/0003_201609P26C3991.htm
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