Los amantes de la cinegética lamentan la falta de relevo generacional de una afición tradicionalmente hereditaria
Son cada vez menos los cazadores federados. Aunque el
número de licencias de caza apenas ha descendido en los últimos años,
la cantidad de poseedores que practican la cinegética va disminuyendo
con los años. Según datos de la Federación Provincial de Caza, en
Pontevedra exactamente en un 22 % desde el 2008. Si hace seis años eran
7.344 los registrados, en el 2014 -los últimos datos oficiales
publicados- eran 5.729, cerca de 2.000 menos. La tendencia ha sido
cosntante. El gráfico refleja una caída de una media de unos 200
federados en cada ejercicio. Lo que sí se mantiene relativamente estable
es la cantidad de licencias de caza en vigor. Así como en el 2008 había
12.997, el pasado año eran 11.405, lo que implica un descenso de 1.592.
El ritmo de bajada coincide, además, con el de federados.
El origen del problema está en los jóvenes. «Sus
horarios de ocio son incompatbles con la caza», explica Manuel Martínez
Casal, de la Sociedad de Caza de Portas. «Cuando nosotros salimos a
cazar es cuando ellos llegan a casa», apostilla Francisco Couselo,
presidente de la federación provincial.
La cinegética, señala Couselo -una de las pocas
excepciones- suele transferirse de padres a hijos. Pero «la forma de
divertitse ha cambiado», insiste, y destaca como otra razón fundamental
el éxodo rural hacia las ciudades. La comarca del Deza, la del Baixo
Miño y el concello de A Lama son las zonas que concentran un mayor
número de sociedades de caza y de miembros de cada una. «En las ciudades
hay más afición por la caza mayor porque, como van en grupos de entre
15 y 30 personas, no necesitan tener un perro, porque hay criadores para
eso». En la menor, al ir de forma individual o de 5 en 5, sí.
La
caída de las federaciones también se debe a la cantidad de mujeres,
afirma el presidente de la federación, que se sacan la licencia de caza
para no tener que entregar el arma de su padre o su marido cuando
fallecen y poder quedársela como redcuerdo, pero que no practican la
cinegética.
Los cazadores quisieron dejar bien claro, en
cualquier caso, que ellos no son los responsables de la prolideración de
trampas para ciclistas durante el otoño. Apelan al entendimiento y el
diálogo para convivir en el monte con otros usuarios, y niegan que
lleven la escopeta montada cuando se cruzan con otras personas.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/portas/2015/09/25/numero-cazadores-pontevedra-cae-ritmo-doscientos-ano/0003_201509P25C4991.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario