La comuneros encargaron una nueva a una fundición de Arcos da Condesa
La parroquia de Perdecanai, en Barro, perdió el
pasado sábado a su vecina más veterana. La campana de la iglesia. Desde
lo alto del campanario este querido timbre fue testigo privilegiado de
todos los acontecimientos de la localidad desde principios del siglo
XIX. Es por ello que los feligreses decidieron exponerla en el interior
del templo como símbolo de la historia local.
Una grieta que afectaba a la sonoridad de la campana
motivó una jubilación más que merecida después de superar los doscientos
años de servicio. Un listón que los comuneros esperan superar con la
nueva campana que ya luce en lo alto de la iglesia y que fue encargada a
la histórica familia de fundidores de Arcos da Condesa, la familia
Ocampo, que ya en 1803 entregó a Perdecanai el objeto que el sábado dio
su último tañido.
Aunque no llegaron a bautizarla como a las campanas
de la catedral parisina de Notre Damme o el londinense Big Ben, en
Perdecanai sienten un gran cariño por esta campana y los vecinos tienen
prevista una amplia agenda de actos culturales para el próximo mes
dedicada a este bronceado timbre de 400 kilos de peso y un diámetro de
1,90 metros.
El templo acogerá una conferencia a cargo del experto en campanas Celso García, autor del libro «As campás galegas»;
el grupo Os Chichisos grabarán los sonidos de esta nueva campana para
incorporarlos a su proyecto de biblioteca sonora de Galicia, el músico
Adrián Silva Magdaleno dirigirá un concierto de cámara y, finalmente, se
oficiará una misa en honor de todos los vecinos fallecidos de la
parroquia desde el año 1803.
Además de acompañar durante los dos últimos siglos
eventos vecinales como fiestas parroquiales, misas o funerales, esta
campana tenía la misión de alertar a todos los vecinos sobre cualquier
tipo de alarma, ya fueran incendios forestales o ataques de depredadores
al ganado. Su tañido era tan poderoso que se oía en toda la parroquia,
llegando incluso a localidades limítrofes como Agudelo o Barro.
Fue precisamente una anomalía en su tañido la que
delató sus graves problemas de salud. Una pequeña grieta en uno de sus
laterales le provocó una afonía irreparable que, de no haber sido
retirada a tiempo, podría acabar resquebrajando la estructura y
provocando su caída desde el campanario. Hace treinta años que se
descubrieron estos síntomas y se cree que pueden deberse a una
intervención de mantenimiento en la campana a la que se le insertaron
unas varas de hierro como refuerzo y que podrían haber motivado la
aparición de la fisura. Algo a lo que ha ayudado también las variaciones
de temperaturas a las que está expuesta.
La decisión de invertir en una nueva campana fue
tomada por todos los miembros de la comunidad de montes que preside
Gerino Calvo. Una inversión que rondó los 10.000 euros, pero podrían
haberse ahorrado 3.000 euros si «llegáramos a entregar la campana para
fundir, pero los comuneros decidimos mantenerla y exponerla», matiza el
mandatario. «Forma parte de nuestra historia», afirma Gerino Calvo, pues
esculpido en el bronce de la vetusta campana todavía puede leerse el
año de fundición de la misma, 1803, y el nombre del abad que dirigía la
parroquia, Ramón Antonio Torrado. Los comuneros tienen previsto colocar
una placa en la iglesia que recoja algunos datos históricos relacionados
con este monumento.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/2015/09/17/grieta-obliga-sustituir-campana-bicentenaria-iglesia-perdecanai/0003_201509P17C7991.htm
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