Aunque con variantes, en ambos municipios se va a celebrar la Corrida do Galo, una tradición que se rejuvenece
Carnavales hay muchos, claro que sí. Y muy buenos. Por algo Galicia es tierra fetiche del entroido. Pero hay algunos especiales. Lo es, por supuesto, el de Cobres (Vilaboa), que por algo figura entre las fiestas gallegas de interés turístico, sobre todo, por sus madamas y galanes. Y, aunque mucho más modesto, también intenta serlo el de Barro, que desde hace un par de años se abraza a las tradiciones del entroido. Precisamente, en ese punto, en el de preservar las costumbres festivas, han confluido Barro y Vilaboa. Ambos tienen en su cartel las famosas Corridas do Galo. ¿Qué son? En cada lugar significan una cosa.En Vilaboa la Corrida do Galo está en el cartel «dende sempre», como señalaba ayer la teniente de alcalde. Hubo un tiempo en que incluía juegos con un gallo de verdad. Pero en 1991 la cosa se terminó. El Gobierno Civil de entonces prohibió semejante práctica, alegando que se incurría en maltrato animal. Y, desde entonces, lo que se hace es jugar con gallos de plástico, cosa que se hará el día 13 al lado de la casa de cultura de Riomaior, a las 16.00 horas.
Hay varias pruebas. En una de ellas, quizás la más arriesgada teniendo en cuenta el frío reinante, es la que consiste en reptar por una vara engrasada para intentar coger un gallo de plástico que, oh sorpresa, está al otro lado del río. Vamos, que están garantizados unos cuantos chapuzones y otros cuantos catarros. Hay también el Galo na vara, que consiste en trepar por una vara engrasada pero en tierra firme, sin agua de por medio. Todo ello remata con una quema del gallo.
En Barro la tradición de la Corrida do Galo no está tan arraigada como en Cobres. Ni mucho menos. Pero el Concello se ha decidido a recuperarla. Para ello, hizo jornadas de entrenamiento implicando a los escolares. Y el día 11 habrá Corrida do Galo en todas las parroquias, para niños y mayores. ¿En qué consiste esta prueba? Pese a llevar el nombre de Corrida do Galo, no tiene nada que ver con este animal. Consiste en colgar unas naranjas en unas varas, atadas por unos mimbres y, a partir de ahí, que alguien con los ojos tapados y armado con un palo sea capaz de acertar con los anaranjados frutos. Gana, lógicamente, el que más derribe.
Y de premio... gallo
Por
tanto, y aunque afortunadamente se hayan dejado atrás las prácticas que
implicaban maltrato y juegos con gallos de carne y hueso, la tradición
de la corrida se mantiene. Eso sí, hay un momento, tanto en Vilaboa como
en Barro, en el que sí aparecen en escena gallos de verdad,
concretamente, de razas autóctonas como la de Mos.
Se le regalan a los ganadores de las distintas pruebas. Queda menos de
una semana para las corridas. Ya sabe. Si usted, mujer u hombre, es
«gallito» o anda de «gallito», vaya a Barro o Vilaboa y atrévase con
todas esas corridas.
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/2018/02/06/va-gallito-pase-vilaboa-barro/0003_201802P6C11997.htm
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