Los problemas en el suministro son más acuciantes en numerosos núcleos rurales de Vilaboa y de Ponte Caldelas
La sequía ha dejado en evidencia una realidad que, hasta ahora, pasaba inadvertida. En la comarca se pierde mucha agua, tanto en redes municipales como en traídas vecinales. La falta de lluvias ha sacado a la luz estas deficiencias, que apenas se notan cuando llueve casi todas las semanas, pero que en épocas tan secas como este año puede ser la diferencia entre un abastecimiento más o menos normal o un recorte drástico del servicio.Vilaboa es uno de los concellos donde se padecen más los efectos de la sequía. El alcalde, el socialista José Luis Poceiro, indicó que las traídas vecinales se han visto obligadas a recortar las cuotas a las viviendas y a subsanar fugas en sus redes como una reciente en Pousada, de la que no se tenía conocimiento hasta que un suministro excesivamente bajo la delató. En muchos lugares llevan meses con limitaciones. Hace unas semanas la mayor parte de los núcleos percibía unos 600 litros por casa al día. Ahora «la inmensa mayoría», según Poceido, han pasado a los 300 litros por vivienda al día. «Nos salva que casi todo el mundo tiene un pozo aparte y siempre hay algo de agua, no mucha, pero algo», precisa. Y si no, entonces, hay que ajustarse en tareas tan cotidianas como asearse, lavar la ropa o los platos. En fin, que en Vilaboa y mientras no llueva mejor «usar el agua con sentido», recalca el regidor.
Este concello se abastece de minas propias. Curiosamente está instalada la nueva red principal que traerá el agua del Lérez y paliará estas situaciones. Sin embargo, la tubería, por ahora, está fuera de servicio. Falta instalar la red secundaria, esa que lleva el agua de la tubería a las casas, y en el Concello no hay dinero para hacerlas. Esperan una futura reunión con la Consellería de Medio Ambiente para que les eche un cabo y la asuma.
Búsqueda de soluciones
En
Marín, el Concello realizó obras de urgencia a fin del verano para
dotar al depósito de Cadrelo, en San Tomé, de un nivel mínimo. La edila
de Medio Ambiente, la popular Marián Sanmartín, precisa que se hizo una
inversión importante y que el tema está controlado, En San Tomé, donde
se surten de una traída vecinal, el Concello ayudó a que se profundizase
en una veta y eso alivió los problemas de varias aldeas.En Barro, el alcalde, el nacionalista Xosé Manuel Fernández Abraldes, explicó que se está dando servicio, «sen alegrías, pero dunha maneira estable». Aquí el Concello tuvo que acometer una nueva captación, que les ha dado un respiro para atender las necesidades de sus vecinos. Claro está, se trata de garantizar el servicio a las viviendas. Para el riego, el Ayuntamiento no puede poner ni una gota. Barro seguirá buscando nuevas captaciones que le ayuden por si la seca se prolonga.
En Ponte Caldelas, los habituales problemas con las traídas vecinales de todos los veranos se han multiplicado de forma exponencial. Caritel, Anceu, Silvoso, A Roca, A Insua, Chaín y otros lugares tienen problemas . En algunos se ha restringido el agua, y en otros se hacen cortes temporales. La red municipal solo llega al casco urbano y algunos lugares del entorno inmediato. Las cosas se complicaron con los incendios, porque en Silvoso, a la sequía se le sumó la dificultad adicional de que las cenizas de los incendios de octubre contaminaron el depósito y hubo que limpiarlo. En el polígono de A Reigosa no constan recortes a las empresas.
Caldas aguanta el tirón, lo mismo que Cerdedo-Cotobade. El regidor caldense, el socialista Juan Manuel Rey, indicó que el abastecimiento está garantizado en su municipio «dentro de las dificultades». A Lama es la excepción, el alcalde, el popular Jorge Canda, señala que algunas fuentes están dando agua más que otros años.
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/vilaboa/2017/11/12/sequia-fuerza-vecinos-concellos-poner-dia-redes-depositos-agua/0003_201711P12C8991.htm
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