La pérdida de habitantes es uno de los problemas que
Galicia sigue sin afrontar. Al envejecimiento de la población y a la
caída de la natalidad se suma, en muchos casos, el retorno de los
inmigrantes a sus países de origen y un repunte de la emigración debido a
la crisis económica. Según el último padrón públicado el pasado
miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE), de los 315
municipios solo 56 fueron capaces de ganar vecinos.
La revisión del padrón municipal a 1 de enero del
2012 desvela que ocho de los quince ayuntamientos de la comarca de
Pontevedra pierden población con respecto a las cifras oficiales a 1 de
enero del 2011. En conjunto, son 1.190 habitantes menos, a los que hay
que descontar los 531 que se ganaron entre los siete que suben.
Los ayuntamientos que sufren retrocesos en sus
censos son Caldas de Reis (52 habitantes menos), Campo Lameiro (27),
Cotobade (38), Cuntis (74), A Lama (58), Marín (302), Ponte Caldelas
(580) y Vilaboa (59). En el polo opuesto se encuentran Barro (56 vecinos
más), Bueu (25), Moraña (4), Poio (141), Pontevedra (284), Portas (3) y
Sanxenxo (18).
Entre los municipios que ven mermado su padrón
los casos más significativos son los de Ponte Caldelas, Marín y Cuntis.
Especialmente preocupante es la situación de Cuntis, donde la pérdida de
74 vecinos hace que el concello baje de la barrera de los 5.000
habitantes, quedándose en 4.992. Esta circunstancia conllevará una
reducción de los fondos que la Adminisración local recibe del Estado. Su
alcalde, Antonio Pena (PP), no tenía ayer hecho el cálculo, que, según
otras fuentes municipales, rondará los 80.000 euros al año. «Estábamos
teniendo unas cien bajas por año desde hace seis o siete y se veía
venir. Por ocho habitantes bajamos de los 5.000. Cuntis tiene una
población envejecida. Solo en diciembre murieron dieciocho vecinos y el
día 31, dos», comentó. El regidor apeló a la «responsabilidad» de
aquellos que viven en la localidad y disfrutan de sus servicios, pero
están empadronados en otros lugares.
En Ponte Caldelas, el descenso era esperado por
el expediente de depuración del padrón publicado el pasado verano a
instancias del INE por incluir fallecidos y emigrados. «Al final fueron
580 y no casi las 700 bajas que estaban previstas. A partir de ahora,
pondremos el contador a cero y podremos ir viendo la evolución real»,
señaló el alcalde, Perfecto Rodríguez (PP). Su homóloga de Marín, María
Ramallo (PP), achacó las 302 bajas a una depuración del padrón: «Para
saber las razones objetivas habría que analizar los datos, pero creo que
se debe a la depuración del padrón».
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