Habrá más pontevedreses en el 2023 que hoy. La ciudad
parece estar a prueba del declive poblacional que azota Galicia.
Mientras la comunidad encadena cuatro años de caídas de población, con
un saldo demográfico, según los últimos datos del Instituto Nacional de
Estadística (INE), que resta al censo gallego cincuenta habitantes cada
día, Pontevedra encadena subida tras subida desde hace quince años. Ahora hay nueve mil pontevedreses más y la progresión continuará.
De hecho, el área urbana de Pontevedra
que, de acuerdo esta vez con la medición del IGE (Instituto Galego de
Estatística), incorpora a la ciudad y los municipios colindantes, es la
única de Galicia que sumará vecinos de aquí al 2023. No será la
progresión que pronosticaba el Plan General que el Concello acabó
aparcando en un cajón al no lograr tramitarlo. Son apenas mil habitantes
más que ahora los que le concede el IGE a toda el área urbana de
Pontevedra, lejos de la previsión de viviendas que se hacía en pleno bum
de la construcción.
En el 2006, con la crisis ya acechando y con unos
datos demográficos positivos que revelaban que desde 1998 se había
logrado sumar cinco mil vecinos más a la ciudad, hasta superar por
primera vez los ochenta mil, el Plan General que se dibujaba entonces
hablaba de una ciudad para 120.000 personas.
Setecientos nuevos habitantes al año
A ese ritmo inicial, de unos setecientos nuevos
habitantes al año -una progresión que se ha moderado en los últimos años
hasta rebajar la media a seiscientos- la ciudad tardaría más de medio
siglo en alcanzar los inquilinos para las viviendas que se proyectaban.
Serían unas veinticinco mil casas más, cuatro millones de metros
cuadrados edificables y, a medio plazo, aquel Plan General aún reservará
una franja urbanizable para acoger a 200.000 habitantes.
Pinchó la burbuja y los cálculos acabaron también
en el cajón, como el documento que los recogía. Pontevedra demuestra
fuelle para crecer, pero no tanto. Y el problema es que los municipios
del entorno de Pontevedra también se abonaban al crecimiento continuo, cuando los datos no lo avalan.
Porque la provincia, como Galicia, perderá
población, siguiendo también las progresiones hasta el 2023. Serán
treinta mil habitantes menos dentro de diez años: de 946.686 a 915.312.
Sin embargo, entretanto, la ciudad mantendrá la progresión ascendente en
un contexto general adverso.
De hecho, todas las otras áreas urbanas de Galicia, salvo la de Pontevedra,
caerán en población. La que más cederá será la de Ferrolterra, que
según los datos del IGE se desplomará de los 196.000 a los 179.000
habitantes. El área urbana de Vigo también sufrirá su propia sangría:
perderá once mil habitantes. Y hasta el 2023, la de Lugo se dejará nueve
mil vecinos y la de Ourense, dos mil. La de Pontevedra, que incluye a
Poio, Barro, Ponte Caldelas, Cotobade y Soutomaior, pasará de 121.740 a
122.114. Apenas medio millar más, pero crecimiento en plena debacle
demográfica.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/2014/04/24/salvo-declive-demografico/0003_201404P24C3991.htm
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