El proyecto no figura en los presupuestos autonómicos de este año y aún debe someterse a información pública - El vial se diseña como nueva conexión de las carreteras de Vilagarcía y Santiago y alternativa a la sinuosa PO-225
Algo menos de siete millones de euros. Es el presupuesto establecido definitivamente por la Xunta para la ansiada Variante de Alba, una futura carretera que unirá las de Vilagarcía y Santiago como alternativa a la sinuosa e insuficiente PO-225. La Axencia Galega de Infraestruturas acaba de cumplir dos años de trámites previos para el diseño de este vial, que el gobierno local siempre planteó como el arranque Norte de la ronda urbana, si bien la Xunta huye de esa denominación. En mayo de 2012 se adjudicó por unos 50.000 euros la redacción del proyecto, y un año después, en mayo de 2013, se inició un proceso de consultas ambientales. Ahora se da a conocer el presupuesto (en concreto 6.930.000 euros) pero sigue sin establecerse un calendario de ejecución. Aunque la Axencia asegura que el compromiso "sigue en pie", la ausencia de esta obra en el presupuesto autonómico de este año impedirá ejecutar obra alguna antes de 2015. Además, aún restan numerosos trámites, entre ellos, el proceso de información pública.
La lentitud de este tramo contrasta con la relativa agilidad con la que la Diputación tramita su parte de la ronda urbana, al Sur de la ciudad, entre O Marco y San Mauro. Con un presupuesto de 2,4 millones de euros, se ultima la adjudicación de la redacción del proyecto y el objetivo de la entidad provincial es que esté en obras en 2015.
Punto conflictivo
La Variante de Alba se ha convertido en una necesidad no ya por mejorar la red viaria de la zona, sino para evitar un problema constante en la PO-225, punto donde han sido frecuentes los accidentes de camiones por el gálibo del puente bajo la linea del AVE. El último de estos accidentes se registró a finales del pasado mes de marzo. La denominación oficial del proyecto es "conexión norte de Pontevedra: PO-531-N-550" para diseñar "una alternativa a la PO-225". La actuación, cuando finalmente se ejecute, se llevará a cabo a lo largo de 850 metros y, según insistió en su día la Xunta, complementaría la mejora de la capacidad de la PO-531, entre Pontevedra y Curro. Sin embargo, esta segunda actuación también permanece en un cajón desde hace años por la falta de presupuesto, una carencia que también afecta a la propia Variante de Alba, lo que hace temer que ambas actuaciones aún acumulan más años de retraso. De hecho, la reciente decisión de la Xunta de proceder a un amplio asfaltado de la PO-531 acrecienta esos temores, pese a que este vial recibe más de 17.000 vehículos al día, 1.800 de ellos, pesados. Un problema parecido se registra en la PO-542, entre O Pino y Bora, donde se desdobló el tramo de Marcón pero no está prevista su continuidad y también se apuesta por el asfaltado del trazado actual.
Cuatro carriles
La Variante de Alba, por discurrir por núcleos más poblados ha sido objeto de especial atención por parte de los técnicos, según detalla la Xunta, cuya idea inicial apuntaba a diseñar "un tramo de nuevo trazado, con característica de vías de altas prestaciones que contará con dos calzadas con dos carriles cada una, separadas por una mediada de dos metros". Desde el Concello se apuntó hace un año al respecto la posibilidad de que se ejecute un vial convencional, de solo dos carriles, al enlazar dos carreteras de esa sección, pero con la previsión de que se pueda ampliar en el futuro.
En todo caso, la supuesta ejecución de esta carretera no implican compromiso alguno por parte de la Xunta para continuar su recorrido hacia el Sur, siguiendo las propuestas municipales de ronda urbana. En todo caso, la Variante de Alba si tendrá en parte continuidad ahora (aprovechando un tramo de la N-550) con el vial ya ejecutado entre Médico Ballina y Monte Porreiro, con el puente sobre el Lérez. Las dificultades llegan con la conexión de este viaducto con la rotonda de Montecelo, en la carretera de Ourense.
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