En 1611, doce nobles oriundos de León fundaron la
Orden de los Caballeros de Santiago con el fin de proteger a los
peregrinos en su ruta a la ciudad compostelana. Cuatro siglos más tarde,
su filosofía ha sido adoptada por media docena de agentes de la Policía
Nacional que, desde hace unos días, garantizan la seguridad de la ruta
jacobea en la comarca de Pontevedra, una labor que forma parte de los
cometidos que tienen asumidos en el marco de la operación Lumes.
Si bien su principal misión es la de «detectar y
prevenir incendios forestales», como policías mantienen las funciones
propias del cuerpo a la hora de combatir el delito, remarca el inspector
Jacinto González. «Como coincidimos muchas veces con el Camino de
Santiago, si hay algún tema delictivo, actuaríamos como si fuéramos
cualquier otro indicativo policial, como cualquier otra patrulla»,
puntualiza en este sentido.
«Por el momento, está todo muy tranquilo. No nos ha
surgido ningún imprevisto», matiza, al tiempo que reconoce que a lomos
de los caballos se pasa «bastante calor, pero es un servicio muy grato».
Sin embargo, tras cuatro despliegues estivales de esta unidad de
caballería en Pontevedra, no todo los momentos han sido igual de
placenteros. Jacinto González aún guarda en la retina el momento en el
que el 24 de julio del 2013 requirieron la colaboración de su unidad en
la tragedia de Angrois, el accidente del Alvia que se cobró la vida de
80 personas: «Fue lo peor», incide minutos antes de que parte de los
agentes a caballo recorran el entorno de las marismas de Alba, en
Pontevedra.
Transcurridos tres años de aquel dramático suceso, el
responsable de esta unidad ha podido comprobar que la afluencia de
peregrinos por el Camino de Santiago es muy elevada, «sobre todo por las
mañanas. Por las tardes, no hay tantos porque no son buenas horas para
caminar».
Y pese a lo que pudiera parecer, no son denuncias el
principal requerimiento que les hacen los viajeros camino de Santiago.
Ni mucho menos. «Los peregrinos lo que más hacen es pararse a sacarnos
fotos. Es lo que más suelen hacer, aunque también tienen inquietudes por
la seguridad. Les sorprende bastante», apunta.
En estos casos, las recomendaciones son las
habituales. Principalmente, que no pierdan de vista sus objetos
personales y que denuncien siempre, tanto si observan una conducta que
sospechen pueda constituir un delito como si, lamentablemente, son
víctima de un robo, un hurto o cualquier otro delito.
El despliegue
Para las comarcas de Pontevedra y Ourense, la Policía
ha desplegado media docena de caballos, mientras que para el global de
Galicia son doce y quince jinetes que están activos en horario de mañana
y de tarde. Diariamente, los jinetes y sus monturas se trasladan en un
camión específicamente acondicionado para el transporte de equinos hasta
la zona asignada para patrullar, lo que, en ocasiones, les lleva a
cubrir más de doscientos kilómetros de carretera. Una vez en el área
asignada, lo habitual es que recorran una veintena de kilómetros, si
bien si las condiciones del monte no son las más adecuadas esta
distancia puede reducirse considerablemente.
Tanto Heredia como Heinze, Incendiario y Lugano
son unos todoterreno. A lomos de estos cuatro caballos de raza
española, que destacan por tener una alzada considerable, los policías
nacionales pueden acceder a puntos que serían inimaginables al volante
de un vehículo, por lo que este factor contribuye ya no solo a prevenir,
sino a disuadir a los potenciales incendiarios.
¿Y los caballos no le temen al fuego? En este punto,
Jacinto González insiste en que se trata de ejemplares sometidos a un
trabajo de doma muy específico y de carácter policial, sin que, eso sí,
en ningún caso sufran maltrato alguno. Esto explica que no solo no huyan
ante la presencia del humo o el olor procedente de un fuego forestal,
sino que pueden intervenir en situaciones de desórdenes públicos o en
encuentros deportivos de masas. Son animales, por tanto, acostumbrados a
intervenir en situaciones de mucho ruido o en las que se están
empleando bengalas y petardos.
«De momento, va bien. A ver si el clima ayuda y no
hay muchos incendios», acota el inspector, cuya unidad estará desplegada
hasta 31 de agosto, al tiempo que advierte que «si se localiza a alguna
persona prendiendo fuego, se procederá conforme al ordenamiento
jurídico».
Lo dicho, los modernos caballeros de la Orden de
Santiago han cambiado la cruz roja en forma de espada por la placa del
Cuerpo Nacional de Policía.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/pontevedra/2016/07/29/modernos-caballeros-santiago/0003_201607P29C4991.htm
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