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jueves, 11 de agosto de 2016

Pimientos estresados, uva que pide agua y maíz «para o arrastre»


Rosa, a los 92 y en la viña, cuenta bien qué quieren los cultivos: «Ten que vir auga e irse tanta calor» 

A Rosa, de Portas, la canícula le pillaba ayer en la viña. A la una de la tarde, armada con un fouciño, cortaba hierbas en medio de las cepas mientras su nieto trabajaba con el tractor. Le caía el sudor a chorro por la frente bajo un sol de justicia del que se protegía con un pañuelo en la cabeza. Cualquiera que estuviera ayer a esa hora en el viñedo tenía mérito, porque el calor era sofocante. Pero ella, directamente, era digna de aplauso. ¿Por qué? Cumplió los 92 en mayo. Pero se nota que tiene buena genética. De hecho, en medio de la conversación cuenta que la última vez que fue al médico el doctor se le preguntó si su hijo era su marido. El caso es que Rosa ayer no quería hablar de su edad ni del calor. Lo que le preocupaba era cómo estaba su viña. «Mira para aquí, todas as follas secas, e hai acios xa tocados e non dá chovido, isto éche unha pena. Ten que vir auga e irse tanta calor», afirmaba la mujer. Era la primera cultivadora en dar la alarma. Tras ella, se oirían muchas más voces cargadas de lamentos.
Alberto Barral, de la bodega Condes de Albarei, confirma que la preocupación empieza a extenderse entre los viticultores. «Aínda que depende moito da parcela, de como sexa o chan, con carácter xeral ao viño faille moita falta que chova e que chova canto antes varios días seguidos. Para algunhas viñas quizais xa sexa un pouco tarde, pero para a gran maioría estamos a tempo. O máis alarmante é a falta de previsión de chuvias», indica Barral. Habla también de algo que todavía no es generalizado, pero sí hay algún caso: «Hai uva moi exposta ao sol que ten queimaduras, golpes de calor», se lamenta.

«Veu todo ao revés»
Ojalá las quejas solo se oyesen entre los viticultores. Pero nada más lejos de la realidad. Precisamente, del tiempo «
de tolos»
es de lo que hablaban Albino y Lola a pie de finca. Estaban ellos, a media mañana de ayer, cogiendo maíz en una finca de Romai. Tenían listos varios brazados de maíz. Y aún preveían llevarse más:
«Soamente temos unha vaca, non facía falta coller tanto... Pero seca todo»,
dice Albino. Luego, señalan a la finca de enfrente, donde metieron a unas vacas a pastar sobre el maíz porque las plantas no sirven para nada. «
Está todo para o arrastre, este ano veu todo ao revés. Primeiro choveu moitísimo e agora este calor tan grande e, sobre todo, este vento do norte que queima todo. É terrible»,
dice Albino.
De la penuria que deja el viento del norte maridado con el calor sofocante. De eso que hablaba Albino es de lo sabe también Ramón Vidal. Él tiene invernaderos en Cambados. Es socio de la cooperativa Horsal y maneja unos números que, desde luego, no le tienen contento
: «O ano pasado sacabamos uns cen quilos de pementos de Padrón ao día e este ano temos sorte se logramos sacar 150 á semana», indica.
Luego, explica qué es lo que ocurre. El problema, en su caso, no es la sequía, porque tiene sistemas de riego y de momento no hay escasez de agua en el pozo. Pero lo que está matando sus cultivos es la persistencia del calor y el viento:
«Os pementos están nunha situación de
estrés
, non medran. No invernadoiro estanse rexistrando temperaturas duns cincuenta graos. E así a planta non medra. Tamén cambia de color, ponse amarela e o pemento está como cocido, moitos non valen xa
». Ramón no es tan optimista como los viticultores. Señala que el refresco, aunque venga ahora, poco hará:
«Eu creo que isto non ten moita solución xa»
, dice.
Algo mejor lo ve Lourdes, que tiene sus invernaderos entre Barro y Portas, en Briallos. A ella, que empezó con los viveros hace tres años, le va mejor que las temporadas anteriores, cuando la tierra todavía no estaba hecha a los cultivos. Pero reconoce esta mujer que sí o sí se necesita que baje el mercurio: «Oxalá non dure moito este tempo se non...» y prefiere dejar la frase inacabada.
El último eslabón de la cadena, el mercado, también se está resistiendo. Luisa, de Leiro (Cambados) ofrece judías en la plaza. Uno le pregunta cómo anda de salud el género con el calor que hace, y dice: «Pois están boas porque as rego, régoas tanto que gasto más en corrente que o que gaño. Pero aínda así están degeneradas... Chámanlle así cando se poñen algo raras á vista». 

http://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/portas/2016/08/10/pimientos-estresados-uva-pide-agua-maiz-arrastre/0003_201608P10C3993.htm

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