En San Antoniño, el agua viaja en varios puntos a través de postes, como la electricidad
Lo normal y habitual en pleno siglo
XXI es que el agua corra a través de mangueras enterradas bajo las
aceras o el propio asfalto en los núcleos urbanos. San Antoniño, en
Barro, tiene la capacidad de sorprender en esta materia, y es que varios
de sus edificios aún reciben el agua a través de tubos que se
encuentran suspendidos varios metros por encima del suelo, expuestos a
inclemencias meteorológicas y otros factores ambientales. El Concello ha
decidido poner fin al asunto, y enterrará en los próximos días estas
traídas, al mismo tiempo que renueva y parte de sus aceras.
No son pocos los vecinos que desconocían este hecho. Muchos confundían estas mangueras de agua con cables de la luz, y es que los postes que utilizan para trepar cual enredaderas son los mismos. En las inmediaciones de la vieja casa consistorial se pueden observar perfectamente y, justo en una de las esquinas del edificio que da a la carretera general, tocarse y agarrarse, ya que están a la altura del pecho de una persona de mediana estatura.
«Cremos que é un bo momento para facer este proxecto de renovación porque é rara esta forma de traída no momento en que vivimos», explica el alcalde Xosé Manuel Fernández Abraldes. «Sería algo típico de ver hai 40 anos, pero é que agora xa queda un tanto anticuado. Ademais, evitaranse algúns problemas que poden chegar a sufrir os veciños que reciben auga nas súas casas a través destas mangueiras».
En referencia a estos problemas destacarían dos muy sencillos. El frío y el calor. En verano, las mangueras están expuestas durante todas las horas de luz a los rayos del sol, lo que calienta, irremediablemente, el agua que discurre por ellas. Al abrir, posteriormente, el grifo en las viviendas, esta llega, como mínimo, tibia. En invierno por otro lado, se corre el riesgo de que las heladas puedan congelar algunas partes del recorrido, impidiendo la traída.
Por otro lado, también hay otros peligros, como la posibilidad de que un fuerte temporal estropeara o rompiera estas mangueras, o, incluso, que algún vándalo diera rienda suelta a sus instintos, y barajara la posibilidad de dejar sin agua a varias viviendas particulares de la zona.
En la práctica, las mangueras recorren una parte de la fachada del antiguo ayuntamiento, trepan entre un poste de hormigón y la misma pared, y cruzan la carretera hacia los edificios cercanos. «O certo é que nin é estético. Parecen cables que están colgados de calquera xeito, e xa que está na nosa man corrixilo, é mellor facelo agora aproveitando as obras actuais na rúa e rematar con elo», señala el regidor local. «En realidade, xa fai anos, cando estabamos na oposición xa recibiramos algunhas queixas procedentes dos veciños, pero non se corrixira esta pequena deficiencia ata agora».
San Antoniño despedirá en los días venideros sus traídas aéreas, únicas en su género casi. Al agua le tocará ir bajo tierra.
No son pocos los vecinos que desconocían este hecho. Muchos confundían estas mangueras de agua con cables de la luz, y es que los postes que utilizan para trepar cual enredaderas son los mismos. En las inmediaciones de la vieja casa consistorial se pueden observar perfectamente y, justo en una de las esquinas del edificio que da a la carretera general, tocarse y agarrarse, ya que están a la altura del pecho de una persona de mediana estatura.
«Cremos que é un bo momento para facer este proxecto de renovación porque é rara esta forma de traída no momento en que vivimos», explica el alcalde Xosé Manuel Fernández Abraldes. «Sería algo típico de ver hai 40 anos, pero é que agora xa queda un tanto anticuado. Ademais, evitaranse algúns problemas que poden chegar a sufrir os veciños que reciben auga nas súas casas a través destas mangueiras».
En referencia a estos problemas destacarían dos muy sencillos. El frío y el calor. En verano, las mangueras están expuestas durante todas las horas de luz a los rayos del sol, lo que calienta, irremediablemente, el agua que discurre por ellas. Al abrir, posteriormente, el grifo en las viviendas, esta llega, como mínimo, tibia. En invierno por otro lado, se corre el riesgo de que las heladas puedan congelar algunas partes del recorrido, impidiendo la traída.
Por otro lado, también hay otros peligros, como la posibilidad de que un fuerte temporal estropeara o rompiera estas mangueras, o, incluso, que algún vándalo diera rienda suelta a sus instintos, y barajara la posibilidad de dejar sin agua a varias viviendas particulares de la zona.
En la práctica, las mangueras recorren una parte de la fachada del antiguo ayuntamiento, trepan entre un poste de hormigón y la misma pared, y cruzan la carretera hacia los edificios cercanos. «O certo é que nin é estético. Parecen cables que están colgados de calquera xeito, e xa que está na nosa man corrixilo, é mellor facelo agora aproveitando as obras actuais na rúa e rematar con elo», señala el regidor local. «En realidade, xa fai anos, cando estabamos na oposición xa recibiramos algunhas queixas procedentes dos veciños, pero non se corrixira esta pequena deficiencia ata agora».
San Antoniño despedirá en los días venideros sus traídas aéreas, únicas en su género casi. Al agua le tocará ir bajo tierra.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/2016/10/01/barro-despide-viejas-traidas-aereas/0003_201610P1C8991.htm
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