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domingo, 23 de junio de 2019

El área de Pontevedra, con 68 enfermos de tuberculosis, supera la media gallega


La gran preocupación de los profesionales del CHOP es la negativa de los pacientes con infección latente a seguir tratamiento. El período de contagio puede llegar a tres mese

El área sanitaria de Pontevedra está por encima de la media gallega en el número de casos de tuberculosis entre la población. Le ocurre lo mismo que al resto de áreas de costa gallega, como Vigo y A Coruña. Las cifras más recientes que maneja el Complexo Hospitalario de Pontevedra, CHOP, hablan de 68 enfermos a tratamiento en un año. Esto supone que hay alrededor de 22 casos por cada 100.000 habitantes. Una de las principales preocupaciones de los profesionales de la Unidad de Tuberculosis (UTB) del CHOP es que no todos los pacientes con diagnóstico de infección latente se someten al tratamiento preventivo.
La infección latente supone tener la bacteria dormida, apagada, que no produce ningún síntoma. Se produce cuando se ha estado en contacto con alguien que sí ha desarrollado la enfermedad. El contagio provoca esa fase latente. “La mayor parte de estos últimos, hasta un 85 por ciento, nunca van a desarrollar la enfermedad”, explica Luis Anibarro, responsable de la UTB de Pontevedra, cuya labor es la de detectar a estas personas y mayor riesgo de que si no son tratados lleguen a manifestar la dolencia.
68 enfermos
A tratamiento en un año en el CHOP
22 casos
Por cada 100.000 personas
El problema es que al ser un tratamiento preventivo largo, de entre 3 y 9 meses, con sus efectos secundarios y tóxicos, un porcentaje de personas decide no seguirlo. “No tenemos ninguna bola mágica de cristal que nos diga quién la va a desarrollar y quién no, pero sí una serie de factores de riesgo a tener en cuenta”, asegura Anibarro. Por lo general, son los pacientes más jóvenes los que deciden no seguir el tratamiento. “Cuanto más jóvenes son, más rechazo”, añade.
En cualquier caso, la medicación preventiva no garantiza al cien por cien que no se vaya a sufrir la enfermedad en el futuro. “Se trata de reducir el riesgo, porque en Medicina nada se puede asegurar al cien por cien”, matiza Anibarro. Uno de los grandes peligros que tiene la tuberculosis actualmente es la existencia de cepas resistentes a los fármacos de primera línea que damos. “Es un problema a nivel mundial, aunque no en Galicia”, según el responsable de la UTB de Pontevedra.
Las claves
  • 1

    Tratamiento preventivo largo

    De entre 3 y 9 meses. Con efectos secundarios y tóxicos
  • 2

    Usuarios

    Son los pacientes más jóvenes los que deciden no seguir el tratamiento
  • 3

    Medicación preventiva

    No garantiza al cien por cien que no se vaya a sufrir la enfermedad en el futuro
Primer lote de dosis de la vacuna contra la tuberculosis de Biofabri. RIMER LOTE DE DOSIS DE LA VACUNA CONTRA LA TUBERCULOSIS DE LA FARMACEUTICA VIGUESA BIOFABRI
La tuberculosis es, actualmente, la enfermedad que más muertes causa debido a un solo agente infeccioso, según la Organización Mundial de la Salud, OMS. “Y eso que estamos hablando de una enfermedad tratable”, señala Anibarro. Existe una vacuna contra la bacteria de la tuberculosis, pero en España y buena parte de los países de Europa se dejó de poner “porque tiene una eficacia limitada a niños pequeños y solo en formas graves, meníngeas y diseminadas”. Es más eficaz en países del Tercer Mundo, porque evita la muerte de los menores por la enfermedad.
INVESTIGACIÓN CON LONDRES
El CHOP, en colaboración con la Universidade de Vigo, participa en una investigación con el Hospital Universitario Saint George de Londres. “Estamos logrando algunos resultados, pero todavía están pendientes”, adelanta. El período de contagio de la tuberculosis es bastante largo porque es una enfermedad silenciosa. “Hasta que a uno le dicen que está enfermo pueden pasar una media de dos o tres meses”, indica Luis Anibarro. Durante todo este tiempo ya se está contagiando al entorno. “Habitualmente al enfermo se le dan primero antibióticos, antitérmicos… porque son síntomas muy inespecíficos y de evolución muy lenta”, afirma.
Si es una tuberculosis pulmonar (también la hay de pleura, de ganglios, de riñón…) se aísla al paciente durante dos o tres semanas. Afortunadamente el índice de mortalidad es muy baja, “porque tenemos una sanidad muy buena”, señala Anibarro. El tratamiento no debe ser inferior a los seis meses. En su fase inicial son, en el mejor de los casos, cuatro pastillas al día.

Trabajo en más de 600 personas con riesgo de desarrollo

Un estudio realizado en el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés concluye que son los pacientes más jóvenes los que más rechazan, pese al consejo médico, el tratamiento preventivo de la tuberculosis. El trabajo fue realizado por la estudiante de sexto curso de Medicina Andrea Sánchez Graña, que con su investigación en la UTB del CHOP, en la que se está formando, ha sido galardonada en el marco de la “36 Reunión de la Sociedade Galega de Medicina Interna”.
Se estudiaron pacientes remitidos a la UTB entre los años 2009 y 2016 y se compararon los casos de diagnóstico de infección latente tuberculosa sin tratamiento con los que sí lo habían seguido. Eran un total de 614 personas de entre 18 y 65 años y una edad media de 42 años. Un 37 por ciento no iniciaron tratamiento por recomendación médica, pero un 29 lo hicieron por decisión propia. Tras un seguimiento de 22 meses, 13 de ellos manifestaron la enfermedad de forma activa.

“El programa a nivel gallego peligra por la disminución de recursos”

Luis Anibarro
Responsable de la Unidad de Tuberculosis de Pontevedra
Luis Anibarro.
El responsable de la Unidad de Tuberculosis de Pontevedra, Luis Anibarro, hace una firme defensa de este tipo de equipos en las áreas sanitarias para seguir poniendo freno a una enfermedad contra la que hasta ahora se han logrado éxitos importantes.
–¿Cómo valora el abordaje de la enfermedad desde la sanidad pública?
–Hasta ahora ha habido en la comunidad gallega un programa de tuberculosis que ha funcionado bien y que ahora está en serio peligro debido a que se han logrado, precisamente, unos éxitos importantes en cuanto a reducción de la incidencia de la enfermedad, lo que ha provocado que se haya bajado la guardia.
–¿En qué sentido?
–En muchos lugares de Galicia está en peligro de desaparición.
–¿Por qué deben existir las UTB?
–La tuberculosis es mucho más que dar unas pastillas. Hay que estar muy encima de las personas para que tomen la medicación. Si uno tiene diabetes y no se trata es su problema, pero si tiene tuberculosis y no se trata es su problema y del de enfrente. Por eso hacen falta unas medidas especiales; no se trata de unas consultas normales. Contamos con el apoyo de enfermería, trabajadores sociales… El hecho es que en Galicia se ha constatado una disminución de recursos muy importante que, en mi opinión, pone en peligro la eficacia del programa.
El especialista recuerda que sin las UTB la enfermedad volverá a repuntar
–¿Cuándo se pusieron en marcha estas unidades específicas?
–Las unidades de tuberculosis, incluida la de Pontevedra, se pusieron en marcha en el año 1996. Es un programa gallego que incluye una unidad en cada una de las áreas sanitarias.
–¿Cuáles son las cifras que respaldar esta defensa?
–Desde entonces el descenso de la enfermedad ha sido continuo. Si en el año 1996 se empezaba con 72 casos por cada 100.000 habitantes, ahora estamos hablando de 20 o 25 casos por la misma cantidad de población. El problema es que nos hemos estancado debido a la falta de recursos, de modo que en los últimos años el descenso en la incidencia de tuberculosis no es significativo.
–¿En qué ha mejorado la UTB de Pontevedra?
–Ahora, por fin, después de muchos años solicitándolo, hemos conseguido con la gerencia actual una nueva ubicación en el Hospital Provincial de Pontevedra, más amplia y con ventanas, frente al habitáculo interior en el que estábamos antes.

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