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viernes, 7 de junio de 2019

El incendio mortal en una nave de Curro sienta en el banquillo a tres personas



El fiscal destaca que el trabajador fallecido en el accidente estaba de baja y sin contrato, así como que no se habían adoptado las medidas necesarias de prevención de riesgos


El 28 de marzo de 2012 se declaró un incendio en la caldera de la nave de fabricación de puertas, Comercial Vilanova, ubicada en la parroquia de Curro, en Barro. El fuego se extendió rápidamente, hubo una deflagración y varios trabajadores se vieron atrapados en el segundo piso de la nave y tuvieron que saltar al vacío desde una altura de entre ocho y nueve metros de altura. Uno de ellos, Juan Ogando, Ruibal, falleció. Otros cuatro, dos de ellos también después de arrojarse desde la primera planta, resultaron con heridas de gravedad.
Aquel incendio sentará esta semana en el banquillo de los acusados a dos hermanas hijas del fundador de la empresa, B. V. C. y E. M. V. C., como autoras de un delito contra los derechos de los trabajadores, otro de homicidio imprudente y tres delitos de lesiones imprudentes. También lleva al banquillo a D. A. G., perteneciente a la empresa encargada de la implantación y control de las medidas de prevención de riesgos laborales en Comercial Vilanova, unas medidas que, a tenor del escrito de la Fiscalía, brillaban por su ausencia. Las dos primeras acusadas (una de ellas encargada, administradora y gerente de la fábrica) se enfrentan a una petición de condena de cuatro años de prisión. Para D. A. G. el fiscal solicita dos años de cárcel.
Según el fiscal, el operario fallecido en aquel incendio tras arrojarse por una ventana para escapar del fuego, Juan Ogando, estaba trabajando a pesar de encontrarse de baja por una situación de incapacidad temporal y trabajando sin contrato en virtud de "un acuerdo verbal" con la gerente de la empresa. Juan Ogando se hallaba en la planta inferior cuando observó fuego en la zona de la caldera y subió a la primera planta para avisar y auxiliar a sus compañeros. Cuando quiso volver abajo comprobó que no solo no podía apagar el fuego sino que tampoco podía bajar a la primera planta dado la falta de salidas de emergencias en esa planta superior. Así, para "evitar verse consumido por el fuego y por el espeso humo" se arrojó desde la ventana al suelo y falleció a causa de las heridas que sufrió. Otro de los operarios que estaba en esa primera planta se arrojó desde la ventana sufriendo graves lesiones, uno de ellos quedando incapacitado para realizar la profesión de albañil de por vida. Otro se lanzó por la ventana tras romper el cristal de un cabezazo, según el fiscal.
Omisión total de los deberes
La Fiscalía asegura que los acusados tuvieron una "total omisión de los más elementales deberes de prevención de riesgos de trabajo", como no encargar el mantenimiento adecuado de los equipos de trabajo (incluida la caldera en la que se inició el fuego y, al parecer, explotó), no se instaló un sistema de detección, alarma y extinción de incendios o no señalizar ni habilitar salidas de emergencia, especialmente para los operarios de la primera planta que se vieron atrapados por el fuego. Además de las penas de cárcel, están en juego solicitudes de indemnización por parte de la Fiscalía que suman 360.000 euros. Concretamente, para los padres del fallecido, que tenía 33 años y vivía con ellos, reclama una indemnización de 102.000 euros.

https://www.farodevigo.es/portada-pontevedra/2019/06/05/incendio-mortal-nave-curro-sienta/2118172.html

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