Martínez ya se quejó en su día de los daños provocados por los animales, e incluso se planteó la posibilidad de vallar la zona de pastoreo de los caballos, pero el proyecto tenía un coste económico muy elevado y no llegó a ejecutarse.
Se calcula que en el monte Castrove pacen en libertad unos 300 caballos, pertenecientes a criadores de diversos municipios del entorno, como Meis, Poio o Pontevedra. Según Antonio Martínez el problema se origina cuando los équidos bajan a los valles o invaden las carreteras. El presidente de los propietarios del monte comunal de A Armenteira (Meis) argumenta que cuando llegan a las explotaciones agrarias es habitual que produzcan destrozos, por lo que entiende que la administración tendría que tomar algún tipo de medida preventiva.
Hace unos meses, la mancomunidad de comunidades de montes del Castrove y la asociación de criadores de caballos llegaron a celebrar una serie de encuentros para idear una solución al problema. Y se planteó concentrar los caballos dentro de una parcela lo suficientemente amplia, que estaría cercada para evitar la salida de los mismos. Pero la iniciativa tenía un coste muy elevado, que los promotores no se vieron en condiciones de asumir sin el apoyo de la Xunta de Galicia.
Y es que además de vallar una superficie muy amplia, también habría que habilitar abrevaderos y llevar hasta ellos la conducción del agua. Sin embargo, en otras parroquias afirman que en estos momentos no hay problemas. El vicepresidente de Campañó, Celso Sánchez, manifiesta por ejemplo que no tiene constancia de pérdidas recientes en explotaciones agrarias.
Por otra parte, también hay quejas por la aparición en el Castrove de algunos caballos con "trancas" o "pexas".
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