El proyecto parte con un presupuesto inicial de casi siete millones de euros y con una potencia de seis megavatios. La pretensión de la empresa es instalar únicamente dos aerogeneradores, pero de unas dimensiones espectaculares. Se trata del modelo denominado Vestas V112 de 3.000 kilovatios, que tiene más de 120 metros de altura cada uno, palas de más de 54 metros y un peso total de 70 toneladas. En la documentación expuesta en los municipios afectados se pone de manifiesto que habrá que modificar el planeamiento urbanístico de Pontevedra, Meis y Poio para que los terrenos quedan catalogados como suelo rústico de protección de infraestructuras.
Renoveurysa explica que se cada uno de estos molinos dispondrá de su propio transformador y ocuparán terrenos comunales de Poio y de Meis, "con afecciones a Barro y a Pontevedra". Añade que se seleccionó esta ubicación tras un estudio de los recursos eólicos de la zona, que "mostró la viabilidad económica de la instalación". Denomina los parajes exactos como Alto de Castrove y Outeiro dos Corvos, al Norte del campo de golf, y a una altura de algo más de 600 metros. Detalla que el acceso se realizará a través de pistas forestales existentes y distará 1.236 metros de A Escusa y 1.050 de Rio Mouro Grande, ambos en Poio, y 1,921 metros de Silván, en Meis.
La empresa explica también que se optó por un "número mínimo de unidades, aunque sean de mayor tamaño" por criterios ambientales, al afectar a una menor porción de terreno.
Es precisamente en la descripción de las superficies ocupadas donde se ofrecen diversos datos. Lo que sí apunta es que el polígono aéreo completo de reserva abarca hasta Barro y se acerca, por ejemplo, al hipódromo de Campañó. En uno de los apartados del proyecto sectorial se indica que habrá que crear caminos de "nuevo trazado" con una longitud total de 2.314 metros y una superficie ocupada de 11.570 metros. En otro de los capítulos se detalla que cada molino necesita unos 400 metros cuadrados para su cimentación y la ocupación total sería de 16.710 metros cuadrados, pero más adelante se explica que solo en el municipio de Pontevedra habría que ocupar 8.323 metros cuadrados, preferentemente en viales, mientras que en Meis se llegaría a 11.823 metros con caminos y el propio parque eólico. Estos mismos destinos afectan a 18,717 metros cuadrados de Poio. La afección aérea llega a Barro, pero no la terrestre.
El presupuesto total de este proyecto es de 6.969,290 euros de los que algo más de seis corresponde a los dos aerogeneradores, con un plazo de ejecución e instalación de nueve meses.
El parque previsto en el Monte Castrove es el último que se expone al público para aprovechar la fuerza del viento al borde de la ría de Pontevedra, pero no es el único. En la otra orilla está en marcha desde hace meses otro parque, en montes de Moaña, Marín y Vilaboa, que promueve la compañía italiana Enel Green y que ha generado el desacuerdo de los comuneros. En este caso se proyectan 14 aerogeneradores para conseguir una potencia total de 42 megavatios.
Enel Green reconoce que será necesario crear aproximadamente 17.302 metros de viales internos, no en vano en la fase constructiva tendrán que acceder camiones de gran peso. Para esta tarea se producirán movimientos de tierras, desbroces, explanaciones y aportes de material con efectos como la pérdida de calidad del aire, la posible modificación de la red de drenaje o el aumento del nivel de ruido.
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