La consolidación del carné por puntos y de la reforma penal marcaron el punto de inflexión
El pasado año, la comarca de Pontevedra registró
la cifra más baja de muertos en carretera, ya no solo de la última
década, sino desde que se tienen registros oficiales al respecto. De
hecho, los tres fallecimientos que se constataron en el 2013 contrastan
claramente con los veintidós que se contabilizaron ocho años antes, en
el 2006.
Los expertos consultados precisan que el 2010 fue
el año de inflexión. En aquellos doce meses, la red viaria del entorno
de Pontevedra sumó dieciséis muertos, un número que se redujo a la mitad
ya al año siguiente. El 2011 fue el primer ejercicio en el que la
accidentalidad mortal en la comarca capitalina descendía por debajo de
la decena de fallecimientos, una constante que se ha venido manteniendo
en los años siguientes, de tal modo que en el 2012, se perdieron siete
vidas sobre el asfalto.
En todo caso, estas fuentes se mostraron muy
cautas al abordar las cifras del 2013, toda vez que consideran que la
comarca se mueve ya en lo que se conocen como números de resistencia,
esto es, datos muy bajos que es muy complicado mejorar. A este respecto,
señalaron que, «indudablemente», mientras los coches sigan circulando
por las carreteras existe el riesgo de sufrir un accidente y con ello
que el mismo lamentablemente se salde con víctimas mortales.
Matizaron que esta reducción podría ser
consecuencia de la progresiva consolidación del carné por puntos, que
entró en vigor en el 2006, y la reforma en materia penal que empezó a
aplicarse a finales del año siguiente. En menor medida, las fuentes
consultadas situaron la crisis -se estima que la situación económica
está influyendo en los hábitos al volante, de tal modo que, en términos
genéricos, se coge menos el coche, se reduce la velocidad para minimizar
el consumo y se intenta compartir el coche para distribuir los gastos- y
las distintas campañas de tráfico.
En el caso del Código Penal, en el seno de la
Fiscalía de Pontevedra se observa desde una doble óptica. Por un lado,
se reconoce que ha tenido el efecto de contribuir al descenso de la
siniestralidad en general, ya no solo la mortal, pero, al mismo tiempo,
ha tenido la contrapartida de prácticamente colapsar los juzgados de
instrucción con procesos contra la seguridad del tráfico.
Así, no es raro el día en el que la Guardia Civil
de Tráfico o la Policía Local, los dos cuerpos de seguridad con
competencia en seguridad viaria, remitan a los juzgados de A Parda
diligencias o, incluso, detenidos por infracciones graves de carácter
penal. Los dos supuestos más habituales, en este sentido, son los
positivos por alcoholemia y circular sin disponer de carné o habiendo
perdido la totalidad de los puntos, pero otras infracciones que pueden
conllevar penas de cárcel son los excesos de velocidad, las conducciones
calificadas de temerarios o el provocar un riesgo circulatorio.
Tanto en el seno de Tráfico como de la Policía
Local, así como en la Fiscalía, se considera que tales conductas
delictivas han sido asumidas, con el paso de los años, por la inmensa
mayoría de conductores, si bien se reconoce que aún quedan algunos
infractores «irreductibles».
En cualquier caso, el exponente más claro del
descenso de la accidentalidad mortal en la comarca se encuentra en la
propia capital provincial. Pontevedra, por segundo año consecutivo,
cerró el 2013 sin muerte alguna vinculada con la circulación. Esto no
fue un hecho aislado, ya que además del año pasado y del anterior, la
ciudad del Lérez registró años en blanco en el 2007, 2008 y 2010.
Pero es que, además, la Policía Local ha
constatado un descenso de la lesividad más grave, de tal modo que los
heridos que requirieron hospitalización disminuyeron algo más de un 33
%.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/2014/01/19/comarca-pasa-22-muertos-carretera-solo-tres-ocho-anos/0003_201401P19C2991.htm
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