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miércoles, 22 de marzo de 2023

Un año sin Jessica: "No fue un accidente, él la estaba acosando, la vigilaba. No hubo relación, pero fue un crimen machista"

Familiares y amigos de Jessica Méndez, en Caldas durante el paso a disposición judicial de José Eirín


Un año después, siguen "rotos", sin poder superarlo. Y es que "¿Cómo va a estar una familia que perdió a una hija y a una hermana?". La pregunta se la hace una amiga de Jessica Méndez, la joven que en marzo de 2022 fue presuntamente asesinada por un hombre que llevaba años acosándola y el 17 de marzo empotró su coche contra el de ella en Porráns, Barro. Las personas que todavía están destrozados por lo ocurrido, sus familiares y amigos, que siguen clamando Justicia. 

El 17 a primera hora de la mañana se produjo el accidente y, al día siguiente, el día 18, ella murió en el hospital al no poder recuperarse de las graves heridas sufridas. El pasado fin de semana se cumplió el primer aniversario de estos funestos días y el tema se ha vuelto a poner de actualidad, pero a su familia y amigos no le hace falta que llegue esta fecha señalada para tenerlo muy presente. "No se nos va a olvidar nunca", explica una de sus amigas.

Este aniversario lo vivieron "igual que los otros 364 días". Llegó el día 17 confiesan que les asaltaron pensamientos como "a esta hora, pasaban las ambulancias". Y rememoraron las largas horas en los pasillos del hospital esperando una recuperación que nunca llegó. Por lo demás, "el dolor es siempre igual". 

Así lo revive una de sus amigas: "Para mí, fue un día igual, con las mismas preguntas que el resto de los días, con el mismo dolor". Y con la misma rabia que siente desde el día del crimen. 

Esa rabia le nace al pensar que "ella está metida en un agujero frío. No puede conocer a otras personas. No puede ver su futuro. No puede cumplir sus sueños". Sin embargo, su supuesto verdugo, José Eirín, vecino de Barro, "vive como un marqués. Puede conocer a otras personas. Duerme caliente. Puede ver la televisión gratis, ella ya no puede verla más".  

El caso sigue en investigación en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Caldas de Reis por un delito de homicidio/asesinato y José Eirín está en prisión provisional a la espera de juicio. Según sostiene el entorno de Jessica, el hombre se encuentra en la prisión de A Lama y está en estos momentos en uno de los módulos terapéuticos del penal. 

Mientras la instrucción sigue abierta, uno de los aspectos que todavía queda por dirimir es si el crimen de Jessica se califica como un caso de violencia de género

El juzgado deberá darle la calificación definitiva durante la instrucción judicial, pero, de momento, está calificado como homicidio doloso o asesinato. La Ley Integral de Lucha contra la violencia de género exige que, para que se considere así, debe existir una relación actual o pasada entre el agresor y la víctima, que en este caso no existe, de ahí que no se haya contabilizado como violencia de género. 

Pese a esta cuestión legal, tanto el entorno de Jessica como las asociaciones feministas sí consideran que ella fue víctima del machismo y José Eirín la mató por no querer una relación con él. Lo suyo, sostienen, ha sido feminicidio.

"Lógicamente, fue violencia  machista. Él la estaba acosando él la vigilaba. Su abogado dice que fue un accidente, pero esto no fue un accidente. Estaba asaltando su casa. La vigilaba. No hubo una relación, pero ¿cómo se considera entonces? A mis ojos, es un crimen machista", sostiene una amiga cercana de Jessica. 

La misma visión tiene la acusación particular que está personada en la causa judicial y pide que se aplique la agravante de género al sospechoso, si bien la defensa de Eirín sigue manteniendo que aquel 17 de marzo se produjo un accidente que acabó siendo mortal. El propio detenido sostuvo esta versión desde que fue detenido al día siguiente por la Guardia Civil. 

El entorno de la joven asesinada sostiene esa calificación de crimen machista en la relación previa entre el detenido y su víctima. La chica, que tenía 29 años y residía en aquel momento en Portas con su pareja, tenía raíces en Verducido (Pontevedra) y Barro y desde pequeña conocía al sospechoso porque era vecino de la casa familiar en Barro. 

Desde su más temprana adolescencia, empezó a acosarla y, con el paso de los años, fue a peor. La perseguía en el coche, la espiaba, intentaba contactar con ella en persona y por teléfono y, en varias ocasiones, llegó a pincharle las ruedas del coche. Desde que ella empezó su relación con su novio, todo fue a peor y el acoso no paró pese a que ella se mudó a vivir a Portas. 

Una amiga de Jessica explica que la joven era tímida y no solía compartir todos estos episodios con mucha gente, pero sí con su familia y con su pareja. Ella, por ejemplo, sí sabe perfectamente que había muchos días que tenía que pedir que alguien la fuese a buscar para ir a trabajar porque le había pinchado las ruedas del coche. Su entorno llegó a tener tanto miedo por la situación de acoso que incluso instaló cámaras de seguridad en la vivienda familiar. 

El día del supuesto accidente, ella había acudido a la casa familiar en Barro antes de ir a trabajar y, cuando se iba, él empotró su coche contra el suyo en el cruce de Porráns. Su entorno no tiene ninguna duda de que chocó con ella para matarla y de que el motivo es que ella no quería mantener una relación con él. 

 

https://pontevedraviva.com/xeral/93589/aniversario-crimen-machista-jessica-mendez-barro-familia-rota-acoso/

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