Hay rutas o senderos que se pueden disfrutar con el
sol y ser percibidos como un paseo agradable y luminoso. Otros, como es
el caso del sendero que atraviesa las fervenzas de Barosa y el que
discurre al lado del Umia, en Caldas, parecen lucir aún mejor con una
cortina de lluvia que aumente sus caudales y haga lucir sus saltos y
rápidos.
No hace falta ningún tipo de preparación especial, ni
siquiera un calzado específico o ser un apasionado del senderismo para
poder realizar ambas rutas. Son unas caminatas cómodas, que, sin mayor
esfuerzo, pueden realizarse en el mismo día.
La proximidad a Pontevedra es un grado. Y es que
ambos destinos están a un pequeño paseo en coche. Barosa queda a unos 18
kilómetros y Caldas a 20. Veinte minutos en coche y sin posibilidad de
perdida. Dos rutas rodeadas de recuerdos e historia.
Empezando por Caldas, la conocida como Ruta del Agua o
paseo fluvial del Umia, sale desde la Carballeira de la villa, y
discurre por la senda izquierda del río. Es un camino sencillo de
tierra, que en ocasiones alterna con asfalto al integrarse en zonas más
rurales como Segade de Arriba, en el que llega a discurrir entre las
casas.
Aunque no tiene demasiada perdida, apenas existen
indicadores visibles, por lo que conviene descargarse de la web del
Concello un mapa que muestra el recorrido para evitar falsas caminatas y
no perderse innecesariamente.
Tras el inicio de tierra, atravesaremos un puente de
madera para cambiar de orilla y andar unos cuantos metros de asfalto
para adentrarnos en la aldea antes mentada. Siguiendo la ruta aparecerán
varios miradores desde los que contemplar el Umia y comprobar cómo gana
velocidad y comienzan a aparecer los primeros rápidos y saltos de agua.
Tras 20 minutos de caminata, uno se encuentra en
medio de la naturaleza y transcurre por pistas de tierra entre árboles y
el ruido de los rápidos. Podremos observar un par de molinos de agua
rehabilitados como viviendas a nuestra izquierda. Encarándonos río
arriba llegaremos hasta un pequeño pero majestuoso mirador que ofrece
unas vistas impresionantes de la cuenca del Umia, con la antigua central
hidroeléctrica enfrente y su enorme chimenea. A la derecha, una larga y
hermosa cascada. Sencilla y cómoda, una ruta obligada.
El parque natural del río Barosa es un paraje
inigualable para pasar una tarde de ocio y tranquilidad, ya sea en
solitario o en compañía. Aunque la cascada es el principal reclamo, el
sendero que discurre a su vera es interesante y se puede realizar en una
media hora.
Requiere algo de pericia con los pies, pero nada
complicado. Asemeja a ascender una escalera de piedra que se aparece de
manera muy natural e intuitiva. En la subida, nos encontramos con viejos
molinos de piedra y varios bancos con excelentes vistas de la caída del
río.
Tras alcanzar la cima, podemos cruzar el río y
adentrarnos en un sendero cercano que serpentea entre un espeso bosque.
Por un momento, uno olvida donde está. Tras unas decenas de metros de
descenso, finaliza en la entrada del parque.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/pontevedra/2016/03/19/corrientes-agua-arrastran-recuerdos/0003_201603P19C11998.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario