Graciela Daleo, de Cervo; Eduardo Delfino, de San Ciprián y Casariego de Bel, de Ribadeo, entre los afectados
Entre los 30.000 desaparecidos, entre 1976 y 1983, en
la guerra sucia de la dictadura argentina, 500 eran españoles. Y de
ellos, tres de A Mariña: Graciela Daleo, nieta de Julio Crego, de Cervo;
Eduardo Martínez Delfino, hijo del emigrante de San Cibrao, Manuel
Martínez Villarmea; y Juan Carlos Casariego de Bel, nacido en Ribadeo en
1922.
Los gobiernos militares de Videla, Viola, Galtieri o
Massera impulsaron el secuestro, la tortura y el asesinato, de modo
secreto y sistematizado, de personas por motivos políticos y religiosos.
Buscaban con ello impunidad, infundir terror, dividir y enfrentar a la
sociedad y realizar sus planes sin testigos ni oposición. Las
detenciones y desapariciones eran ejecutadas por militares, policías y
algunos agentes sociales.
En el caso de Casariego de Bel, el motivo de su
desaparición radicó en que el ribadense _desde su cargo de Director de
Inversiones Extranjeras del Ministerio de Economía que dirigió Martínez
de Hoz entre 1976 y 1981_ se negó a firmar la nacionalización de la
compañía privada de electricidad Italo-Argentina por 400 millones de
dólares. La empresa proporcionaba electricidad a Buenos Aires y en 1977
se encontraba en quiebra y sin valor cuando pertenecía, entre otros, al
propio ministro De Hoz.
Casariego había nacido en Ribadeo en 1922. Era hijo
de Antonio Casariego, oriundo de Tapia, y de María de Bel, natural de
Agudelo, en Barro (Pontevedra). Llegó a la Argentina, adonde había
marchado su padre ya fallecido, con 7 años en compañía de su madre y sus
tres hermanos mayores. Éstos trabajaron pronto y financiaron al menor,
Juan Carlos, la carrera de Derecho.
El joven abogado se casó dos veces. Del primer
matrimonio tuvo tres hijos y del segundo, con Ana de Gainza, tuvo una
hija, Maria Casariego de Gainza, que hoy mantiene viva la memoria de su
padre y lucha por conocer las circunstancias de su muerte.
Casariego fue secuestrado el 15 de junio de 1977. Ese
día llamó a su familia para decir que llegaría tarde pues debía ir a
casa de su jefe, el secretario de Programación y Coordinación Económica,
Guillermo Walter Klein, a llevar unos documentos. La última persona que
lo vio con vida fue el chófer que lo dejó en el domicilio de ese alto
cargo, secretario de Martínez de Hoz. En 2012, treinta y cinco años
después, la justicia declaró culpable de su desaparición y lo condenó a
23 años de cárcel a Héctor Pedro Vergez, de 69 años, un capitán del
ejército que fue el primer represor de la dictadura argentina condenado
como coautor de delitos de lesa humanidad imprescriptibles, como son el
secuestro, la tortura y la desaparición. Vergez había sido responsable
del campo de exterminio La Perla, donde 2.000 prisioneros estuvieron
recluidos antes de morir. Casariego fue uno de ellos. Tenía 54 años.
Nunca apareció su cuerpo y nunca más se volvió a saber de él. Los
militares lo borraron de la faz de la tierra. Pero no lograron hacer
desaparecer su memoria.
memoria de mariñáns por martín fernández
La nieta de Julio Crego, Graciela Daleo, es profesora en la Universidad de Buenos Aires
Mientras que Casariego y Eduardo Martínez nunca
aparecieron, Graciela Daleo sobrevivió afortunadamente a la dictadura y
hoy es la responsable de la Cátedra de Derechos Humanos de la
Universidad de Buenos Aires, cargo para el que la nombró el gobierno de
Kirchner.
Graciela Daleo era nieta de Julio Crego, emigrante de
Cervo que marchó a Argentina a principios de siglo huyendo del servicio
militar. Algún descendiente aún vive hoy en Buenos Aires.
Este cronista no pudo obtener más datos familiares
que la propia declaración de Graciela Daleo a pesar de ser Crego un
apellido poco común y propio de dos conocidas familias de la zona de
Cervo.
Graciela era entonces militante montonera. Fue
secuestrada en octubre de 1977 en la estación de Acoyte del metro de
Buenos Aires y recluida en la tétrica Escuela Mecánica de la Armada
(ESMA) entre 1977 y 1979. Al lograr finalmente ser puesta en libertad
Graciela Daleo se exilió en Italia y España.
Había sido procesada por participar en acciones
terroristas y en el secuestro de los hermanos Born y del ingeniero Metz,
altos cargos de Mercedes Benz Argentina. El 6 de julio de 1986, el
entonces Jefe del Estado Mayor de la Armada, el vicealmirante Ramón
Arosa, declaró que sus manifestaciones posibilitaran desarticular la
estructura de la organización montonera y hallar depósitos logísticos de
la banda.
La hoy profesora argentina fue una de los testigos de
cargo contra los militares argentinos en la causa abierta contra ellos
por el juez Baltasar Garzón en la Audiencia Nacional. La única que logró
sobrevivir entre los mariñanos desaparecidos en la cruel dictadura
argentina.
(Fdo. Martín Fernández. Correo electrónico: martinfvizoso@gmail.com)
¿Qué pasó con el emigrante de San Cibrao?
A Eduardo Martínez Delfino los militares lo
secuestraron e hicieron desaparecer porque pertenecía a las juventudes
peronistas y realizaba trabajos sociales en barrios pobres de la ciudad.
Tenia 28 años y era delegado de la Facultad de Humanidades de la
Universidad Nacional de Mar del Plata.
Sus abuelos eran de San Cibrao: Antonio Martínez
Paleo, nacido en 1880 y Eduarda Villarmea Cao, en 1882. Se casaron en
1907 y tuvieron tres hijos: Manuel (padre de Eduardo) nació en 1908,
José al año siguiente y Antonio en 1911.
En 1920, toda la familia emigró a Buenos Aires en
vista de las dificultades por las que atravesaban en Galicia. En la
capital porteña, el padre del joven desaparecido se casó en 1947 con
Inés Clara Delfino, hija de un emigrante italiano, con la que tuvo dos
hijos: el propio Eduardo, que vino al mundo en 1948, y Fernando Daniel,
al año siguiente.
En la emigración toda la familia trabajó unida en
negocios de hostelería. Compraron el café La Alhambra _en la Avenida de
Mayo, la avenida de los gallegos, al lado de la Casa Rosada_ a la
sociedad La Cosechera.
En 1950 Manuel, el mayor, transfiere en nombre de la
sociedad la pizzería Puyrredón II, en la avenida Rivadavia 6361, a Jesús
Coballes, Victoriano Peruyero y a Pelayo Fernández. Y en 1951, el mismo
Manuel efectúa dos transferencias más: a Raúl Juan José Roggero un
negocio de bar lácteo en la calle Boedo 1125; y a Pedro Cribertí,
Antonio Menghini y Amade Maizzoni otro bar lácteo en la avenida de Santa
Fe 4116.
Los movimientos comerciales recogidos en el Registro
demuestran que la familia emigrante de San Cibrao tenía un status social
medio-alto en el país.
Eduardo Martínez Delfino fue detenido por fuerzas de
la Marina en 1976, al inicio del golpe militar, y trasladado al centro
La Cueva donde fue torturado antes de desaparecer. Su hermano Daniel M.
Delfino declaró en 2007:http://www.lavozdegalicia.es/noticia/amarina/2016/03/13/tres-marinanos-desaparecidos-dictadura-argentina-1976-83/0003_201603X13C4993.htm
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