La playa y su entorno retienen gran parte de su atractivo natural y
cultural, aunque está pendiente de varias actuaciones de mejora
Es la playa de las nueve olas, esa antigua tradición
donde se mezclan la mística y la religiosidad más ancestral. A Lanzada
ocupa un lugar privilegiado en el imaginario cultural de Galicia, pero
también es un foco de atracción ineludible para los aficionados al surf y
para los turistas en general. El arenal, compartido entre Sanxenxo y O
Grove, era ayer un trasiego de gente, que aprovechó el sol y las
vacaciones para pasar unas horas en este emblemático espacio.
Empecemos por el principio. ¿Cómo llegar? Muy fácil.
Si nunca han ido hasta A Lanzada, hay tres rutas principales. Desde la
autopista y también desde el enlace de Curro (Barro) si se viene en
carretera convencional. Ambas alternativas enlazan con la Vía do Salnés.
Solo hay que seguirla hasta el final y se llega sin riesgo a perderse.
Si se prefiere una ruta costera, hay dos: viniendo desde el norte por
Cambados y Vilalonga, o procedentes desde el sur, por la PO-308,
siguiendo la carretera tras atravesar Sanxenxo y Portonovo. Aparcar
puede ser problema en algunos tramos, pero normalmente hay espacio,
sobre todo en el párking del fallido aeródromo.
Una vez en la playa, ¿qué hacer? Si se es deportista,
en A Lanzada hay escuelas de surf y si el aficionado viene con su
propia tabla tampoco hay problema. La playa es enorme y hay espacio para
todos. A lo que sí hay que prestar atención es a los carteles que piden
respeto por las dunas. Se trata de un sistema natural muy frágil y que
sufre daños irreversibles por pisoteo. Por esta razón, se recomienda a
los viandantes que utilicen las rutas marcadas de senderos de madera y
que no se aventuren entre las dunas que, además, son el lugar de cría de
algunas especies amenazadas de pájaros.
Los efectos del temporal se notan en algunos tramos
de la playa, donde las olas se han llevado toneladas y toneladas de
arena. A Lanzada aún no ha recuperado su perfil habitual de verano, por
lo que en varios puntos están a la vista rocas que normalmente están
sepultadas profundamente. Es de esperar que el mar ponga orden y
estabilice el perfil. Si no, es previsible que tengan que trabajar las
palas para contribuir a extender la arena amontonada.
Para los viandantes un consejo, tengan cuidado al
circular por los exiguos arcenes. A los conductores se les pide que
aparquen de forma que no obliguen a bajar a la calzada a los peatones.
Este problema está en vías de solución, porque este año empezará la
reforma de la PO-308, que traerá un sendero peatonal y carril bici,
pero, mientras tanto, es importante la colaboración de todos en la
seguridad vial.
En el acceso a la ermita, punto obligado para hacer
fotos que ilustran los recuerdos de una jornada playera, Costas y
Cultura todavía no se han puesto de acuerdo sobre cómo reparar el talud
que se ha desplomado. Por lo demás, ermita, torre y yacimiento
arqueológico ofrecen un conjunto histórico difícil de igualar bajo un
cielo, ayer, despejado.
Cabalgando sobre el mar. Esta playa es el principal
centro de atracción deportiva para los surfistas, que ponen a prueba su
destreza sobre un mar encrespado. fotos m. g.
La última reserva. Los carteles avisan de la
importancia de preservar los últimos restos de un sistema dunar vital
para la reproducción de aves y para la biodiversidad vegetal costera.
Arrastre de arena. Los temporales trabajaron con
fuerza la playa. En algunos puntos falta arena hasta una altura de más
de un metro, como se puede comprobar en la imagen.
La asignatura pendiente. Arcenes escasos y ausencia
de pasos de peatones son dos de los aspectos que se espera que se
solucionen con la reforma de la PO-308 este año.
Regalos para los amigos. Vendedores ambulantes se
sitúan en la entrada a la ermita con sus puestos de conchas y collares
realizados a mano y que los turistas compran como recuerdo.
Historia y religión. Enclave comercial anterior a los
romanos, fortaleza defensiva contra los vikingos en la Edad Media y
santuario para devotos. Todo junto en un único entorno natural.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/sanxenxo/2016/03/25/leyenda-turismo-dan-mano-olas-surfistasdeportesdunasduro-inviernoseguridad-vialabaloriosermita/0003_201603P25C6991.htm
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