
La falta de iluminación pone contra las cuerdas a los conductores en el nudo de Ence o el de bomberos
Cruces que dan miedo. Así es como definen los conductores algunas intersecciones viarias que, encima de ser complejas, no tienen puntos de luz que ayuden al piloto a orientarse. En Pontevedra y la comarca esta situación se da al menos en tres lugares: el nudo de bomberos y la entrada y salida de la autopista AP-9 colindante, el denominado nudo de Ence y el macroenlace de Curro, en Barro. Recorrer los tres una noche cualquiera, pero sobre todo en veladas como las de estos días, con lluvia casi constante, es meterse en la boca del lobo del asfalto. Vayamos analizando uno a uno.
En realidad, antes de llegar al nudo de Celulosas, ya se echa de menos la iluminación, ya que la autovía hacia Marín está bastante oscura. Pero lo peor está por llegar: en la citada intersección hay unos focos pero al menos últimamente permanecen apagados. Así que las únicas luces son las de los vehículos. No es fácil tomar este cruce de caminos y se nota enseguida porque hay un buen número de conductores que titubean a la hora de poner el intermitente. Echan en falta la iluminación en este cruce incluso los pilotos que pasan por él a diario. Es el caso de Iván, vecino de Lourizán, que indica: «Resulta bastante complexo tanto de día como de noite. E si, viría ben algún punto de luz».
Farolas apagadas
En el caso
del nudo de bomberos, la iluminación podría existir, porque las farolas
ahí están, plantadas a la orilla de los viales. Pero se mantienen
apagadas. Y eso que esa intersección también es compleja, algo que
reconocen los propios agentes de la Guardia Civil, que desde la
comandancia son testigos en numerosas ocasiones del galimatías en el que
se convierte este cruce para muchos conductores. Y la cosa empeora si
uno pretende entrar o salir de la AP-9 en el enlace pegado a la ría.
Todo está apagado y hay que ir adivinando los carriles.
El enlace fantasma
Otro
de esos cruces viarios importantes donde llama la atención la falta de
luz es el macronudo de Curro. Para empezar, no se trata de un enlace
común, puesto que se construyó para la autovía que supuestamente iba a
haber entre Pontevedra y Vilagarcía y que siete años después de haberse
planificado todavía no vio la luz. Así que es una rotonda singular, con
una carril fantasma incluido. Pues todo ese entramado de cruces y esa
enorme glorieta en la que haya varios ramales están totalmente
ennegrecidos conforme se va la claridad del día. Afortunadamente, hay
unos pivotes verdes y reflectantes que ayudan un poco al conductor. Aún
así, la intersección se le atraganta incluso a los pilotos que pasan por
ahí a diario. «É un punto onde hai que ir moi atento, sobre todo se chove, non é nada fácil de coller»,
dice un repartidor que viaja a diario por la PO-531, que encima de
tener ese cruce sin luz es una de las carreteras más atascadas de
Galicia.https://www.lavozdegalicia.es/noticia/pontevedra/marin/2018/11/25/cruces-viarios-parecen-boca-lobo/0003_201811P25C1995.htm
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