Corren malos tiempos para grandes inversiones industriales. Pero ayer, la Diputación de Pontevedra afianzó recursos para revitalizar sus proyectos en este campo. El pleno de la institución aprobó un suplemento de crédito para el Ipespo, el instituto creado por la Diputación para la creación de suelo industrial.
Rafael Louzán, el presidente de la Diputación, desveló que tres nuevas empresas están a punto de instalarse en el polígono. Pero el portavoz del BNG, César Mosquera, recordó la inseguridad jurídica del polígono, objeto de una sentencia que pesa sobre su plan de desarrollo. El presidente del organismo provincial se remitió al recurso judicial interpuesto y se mostró confiado acerca de una solución viable para la que es una de las mayores bolsas de suelo industrial de Galicia.
Barro-Meis está integrado por cuatro grandes sectores de suelo industrial, con cerca de dos millones de metros cuadrados en total. Se trata de un conglomerado de actuaciones que desarrollan en Meis dos bolsas de suelo de 440.000 y 236.000 metros cuadrados. En Barro hay una de 700.000 metros en Caeiro y otra de 505.000 en el sector de Outeda-Curro. Es precisamente esta última bolsa en la que ya hay naves en construcción y la que vio anulada su plan de sectorización, un requisito imprescindible para desarrollar suelo urbanizable no delimitado. El sector de Outeda-Curro fue financiado exclusivamente con fondos de la Diputación de Pontevedra.
La institución provincial lleva invertidos en el polígono más de veinte millones de euros: 4,5 de pago de expropiaciones, 13,5 correspondientes a la adjudicación de la urbanización y del proyecto modificado, y dos más para garantizar el abastecimiento de agua
El suplemento de crédito aprobado ayer busca revitalizar la actividad industrial y cerrar las inversiones necesarias para que el polígono vaya sumando actividad de forma escalonada, lo que supondría un retorno de la inversión desplegada por la Diputación a través de la venta de las parcelas.
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