Noventa y cinco vecinos de Barro se comprometieron a paralizar la disputa judicial abierta contra el plan de sectorización del suelo industrial de Outeda-Curro, integrado en el polígono empresarial de Barro-Meis, al obtener garantías de la Diputación de Pontevedra y del Concello de Barro de que Ence "nunca se instalará allí".
El presidente provincial, Rafael Louzán, acompañado por el alcalde José Antonio Landín Eirín informaron ayer del acuerdo alcanzado por ambas instituciones con los referidos vecinos y con las comunidades de montes de Agudelo y Portela por el cual se "blinda" la seguridad jurídica del polígono de Barro-Meis, "de tal manera que "las empresas que eran reticentes pueden ya instalarse con todas las garantías legales", recalcó Louzán Abal.
El polígono de Barro-Meis, un proyecto iniciado hace una década, tiene a día de hoy el 30% de las parcelas vendidas, una decena de solicitudes de licencia de instalación y tres empresas en funcionamiento, de acuerdo con el balance hecho ayer por el presidente de la Diputación.
Fruto de este acuerdo los vecinos renuncian a personarse en el recurso de casación que el Concello de Barro interpuso ante el Supremo, al entender que la sentencia emitida en su día por el TSXG era contraria a derecho. Asimismo, los demandantes renuncian también a exigir el cumplimiento de la mencionada sentencia. En su día, estos 95 vecinos recurrieron la aprobación del Plan de Sectorización de Barro-Meis ante el TSXG, que lo anuló.
A cambio de la renuncia vecinal las instituciones garantizan que la implantación de empresas en el polígono industrial de Barro-Meis será "respetuosa con el medio ambiente y con la economía sostenible" y ninguna de las actividades que allí se desarrollen en el futuro tendrán "potenciales efectos contaminantes para el medio ambiente o por su eventual peligrosidad para la salud de los habitantes de los núcleos de población más próximos". En el acuerdo se cita expresamente que entre las industrias excluidas se encuentran: las instalaciones destinadas a la fabricación de pasta de papel a partir de madera o de otras materias fibrosas, a la fabricación de papel o cartón y las instalaciones de producción y tratamiento de celulosa.
El alcalde de Barro, José Antonio Landín Eirín, recordaba ayer que la desconfianza y posterior denuncia de los vecinos nace a raíz de unas declaraciones del exconselleiro de Industria Fernando Blanco (BNG), a quien "se le ocurrió decir que el mejor emplazamiento para ella fábrica de Ence sería Barro-Meis".
Según Landín el BNG, con la "excusa" de la implantación de Ence movilizó a los vecinos en contra de este proyecto. "La mayoría, el 90%, no tenían ni idea de lo que firmaron y con ese poder se hizo lo que se quiso" y "se disparó contra el concello cuando lo único que querían los vecinos es que no fuese Celulosas para el polígono".
"Será un dinamizador de la creación de empleo"
Los vecinos que cuestionaban el polígono de Barro-Meis insisten en que solo les animaba su temor a que instalasen Celulosas o una industria contaminante en las proximidades de sus viviendas y por eso al obtener garantías de que no será así se comprometen no obstaculizar su desarrollo y colaborar en lo que sea necesario. Comparten con el presidente de la Diputación y el alcalde que se trata de un proyecto "de marcado interés socioeconómico tanto para el concello de Barro como para las comarcas de O Salnés y Pontevedra ya que será un elemento dinamizador de la creación de empleo y riqueza".
Landín Eirín hizo hincapié en "que nunca estuvo en la mente de nadie perturbar la convivencia pacífica de los vecinos" sino solo "crear empresas y empleo" por eso, ahora, que "se impone el sentido común" el alcalde dice que "no siento ni frío ni calor, ni alegría ni pena".
Han pasado diez años desde que se gestó la idea del polígono de Barros- Meis y aún está lejos de ser la realidad proyectada lo que llevó al presidente de la Diputación a reflexionar sobre la necesidad de "aligerar" la burocracia administrativa,
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