Con un currículo ejemplar, fue el director general más joven en el Gobierno
Un gallego en la corte de Felipe VI. Tras casi 
veinte años a la sombra del príncipe, la inminente proclamación de 
Felipe de Borbón como rey de España ha hecho que todos los focos se 
posen sobre su principal colaborador en palacio, Jaime Alfonsín. Focos 
de los que ha huido en todos estos años en los que se ha esforzado por 
permanecer en un discreto segundo plano, para evitar cualquier traspiés 
que pudiera perjudicar de forma indirecta al heredero.
Hijo de un inspector de Hacienda y de una 
farmacéutica, Jaime Alfonsín Alfonso nació en 1956 en Lugo, de donde era
 su familia materna -conocida en la ciudad de las murallas porque un 
hermano de su abuela, Emilio Alfonso, era un médico muy afamado-, aunque
 toda su vida se ha desarrollado en Madrid. De hecho, familiares lejanos
 consultados por este periódico no tenían constancia de que hubiera 
nacido en Lugo, como certifica la biografía oficial colgada en la web de
 la Casa Real.
Aunque
 su día a día transcurría en Madrid, donde realizó sus estudios 
universitarios y ha desarrollado su carrera profesional, Alfonsín ha 
mantenido su vínculo con Galicia, especialmente con Pontevedra, donde 
veranea desde que era un niño, y en donde todavía tiene familia. Pese a 
que sus padres ya han fallecido -están enterrados en la parroquia de 
Porráns (Barro), de donde era originario su progenitor-, sigue viniendo 
todos los años a Sanxenxo.
Brillante y humilde 
Amigos de la adolescencia destacan de él que es 
un «muy buen amigo, pero sobre todo un tipo humilde», que no presumía 
nunca de sus logros pese a la brillantez que le llevó a acabar la 
carrera de Derecho con el premio extraordinario de su promoción y a 
convertirse en el director general más joven en el Gobierno español a 
los 26 años.
«Cuando te presentaba a sus padres siempre te 
ponía por las nubes,  y valoraba mucho cualquier cosa que hicieses», 
explican esas fuentes, que subrayan que, en el aspecto lúdico, era un 
gran jugador de tenis que ganó con solo 17 años uno de los primeros 
torneos que se celebraron en el Casino de Pontevedra, ciudad en la que 
cada año acudía al baile de la Peregrina, puesta de largo de las 
adolescentes locales, aunque también frecuentaba con su pandilla las 
verbenas populares.
Alfonsín, casado y con dos hijas, tiene dos 
hermanas, Isabel y Cristina. Esta última es farmacéutica como su madre y
 a su nombre figura una céntrica botica en Madrid, al lado de la Plaza 
Mayor, donde ayer recibieron más de una llamada interesándose por el 
perfil de quien parece llamado a ocupar un puesto destacado a la sombra 
del futuro rey. Pero la discreción parece que viene de familia...
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/espana/2014/06/05/discreta-sombra-heredero/0003_201406G5P6992.htm
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/espana/2014/06/05/discreta-sombra-heredero/0003_201406G5P6992.htm
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