El último proyecto de reforma de la carretera PO-531 entre Pontevedra y Curro comenzó ayer a ser sometido a asambleas vecinales en las zonas afectadas. Ayer fue el turno de Curro, en Barro, y la próxima semana habrá una reunión en la parroquia pontevedresa de Alba.
A falta de la opinión de los directamente afectados, la de la plataforma que desde hace varios años viene defendiendo los intereses de los vecinos es positiva con respecto al proyecto presentado por la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, que se hizo público a principios de este mes.
El vial reformado tendrá diez rotondas, siete de ellas de nueva construcción, ocho pasos de peatones, once paradas de autobuses en cada sentido y una pasarela peatonal elevada en Campañó.
Tomando como punto de partida el parque de bomberos de Pontevedra, el vial arrancará con cuatro carriles, incluyendo los de incorporación desde la autopista y crea una nueva glorieta más allá de la actual de O Vao. Desde esta rotonda continúa con dos carriles de circulación, uno en cada sentido hasta la glorieta del acceso norte de Poio.
A partir de ahí, volverá a haber cuatro carriles hasta la rotonda de Alba y a partir de ese punto se eliminará uno de los carriles en dirección a Pontevedra. Antes de llegar al nudo de Curro, está previsto construir otras dos nuevas rotondas. Todo el trazado tendrá una mediana para afianzar la seguridad vial.
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