Dentro de la convocatoria de #BarrodeTapas, que incluye un taller de elaboración de pastas frescas
y showcooking a cargo de Francesco Iannelli, una cata de Aceites Abril y
panes de Galicia y las consabidas tapas que ofrecerán media docena de
establecimientos hosteleros del municipio de Barro durante el fin de
semana, los organizadores de esta cita (Asociación Cultural “Amigos da
Fervenza da Barosa”) programaron una más que interesante ruta por tres
bodegas artesanas de esta comarca, todas ellas amparadas bajo la D.O.
Rías Baixas. Así, la primera parada fue en Adega Casaley, una bodega
familiar y pionera en la elaboración vinícola en el municipio, que a
partir de sus 5 has., y desde 2001, produce en torno a las 30.000
botellas anuales de su monovarietal albariño Casaley. Se trata de un
vino muy aromático, que se elabora bajo un tratamiento especial a la
viña, es decir, efectuando una mínima e indispensable cantidad de
tratamientos fitosanitarios al año y que solo se comercializa en el
segmento de restauración. De su producción anual, un 95% se comercializa
en Galicia y el resto en Madrid, Barcelona y otros grandes mercados
nacionales.
El
itinerario continuó en Adega Moraima, una pequeña cooperativa de 12
socios que inició su actividad vitivinícola en 2006 y que según reconoce
nuestra anfitriona, Salomé Cancela, “se puede decir que hacemos vinos
de casa, porque desde la vendimia hasta el envasado final lo hacemos
entre todos los cooperativistas”. Actualmente tiene una producción anual
cercana a los 60.000 litros, con los que elaboran dos marcas de
albariño: Aba de Trasumia, producto de cepas con una antigüedad de 20
años, y Moraima Albariño, un vino goloso que procede de viñedos
prefiloxéricos (con más de un siglo de vida). Pero lo interesante de
esta bodega (que solo elabora vino a partir
de las 10 has. que aportan sus asociados) es la elaboración de su
Moraima Caíño, una variedad recuperada que requiere una muy cuidadosa
atención y tratamiento del viñedo y que da como resultado una producción
corta de escasas 3.000 botellas al año. Actualmente, la bodega está
desarrollando un proyecto de vinificación experimental de un vino
rosado, otro a partir de la variedad Ratiño e incluso un Caíño
envejecido en barrica.
La
última visita fue a Cabana das Bolboretas, otra bodega de corte familiar
que además de elaborar en torno a las 15.000 botellas de esta marca de
albariño 100%, destaca por ser la primera del municipio en elaborar un
espumoso, también con D.O., el Gorgola, del cual ya se está
comercializando su última añada del 2014, de la que solo se podrán
degustar en torno a las 4.000 botellas y que sale al mercado luego de un
proceso de 21 meses de crianza. Cabana das Bolboretas es un vino
tradicional, meticulosamente cuidado y según Pablo y Natalia, artífices
de este proyecto iniciado en 2013, “es un vino que sale al mercado con
14 meses o más, según consideremos que ofrece la calidad que nosotros
deseamos”. Se trata de un blanco de excepción, que solo se comercializa
en restauración y tiendas especializadas y que es el “leit motiv” de
esta pareja de animosos viticultores que complementan esta actividad con
una oferta de turismo rural, pero no al uso, sino a través del alquiler
de una casa con capacidad para 15 personas, donde lo fundamental es la
experiencia sensorial a través de la participación del turista en la
vendimia y en el resto de atractivos que ofrece el trabajo en derredor
de los viñedos.
http://www.laalacenaroja.com/noticia/2774
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